Jesús Ledesma diseñó una silla adaptada y corrió los 21K junto a Francisco Mondot

Un proyecto solidario, nacido del deseo de inclusión y empatía, se convirtió en una historia que emocionó a toda la ciudad durante la Media Maratón de La Merced. Jesús Ledesma corrió los 21 kilómetros junto a Francisco Mondot en una silla de atletismo adaptada y asistida que él mismo diseñó y construyó, con el objetivo de que más chicos con discapacidad puedan experimentar la emoción del deporte.

“Estoy feliz por Fran, que pudo cumplir su objetivo. Ver su emoción no tiene precio. Fue un proyecto espectacular, súper rápido. La silla va a quedar a disposición para que otros chicos también puedan usarla. Es una emoción muy grande”, expresó Jesús en diálogo con DiarioNúcleo.com.

El desafío de los 21K

La competencia no fue sencilla. Francisco, quien va sujeto a la silla y experimenta el traqueteo del movimiento constante, sufrió el desgaste físico, pero logró llegar a la meta con mucha entereza. “Tuvimos que frenar varias veces, porque le dolían los tobillos. Es una carrera de dos horas, la fue sufriendo, pero se la bancó muy bien. Hablábamos mucho durante el recorrido”, relató Jesús.

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Una idea que nació en la Ruta 40

El proyecto surgió mientras Jesús recorría la emblemática Ruta 40. “Tenía mucho tiempo para pensar y empecé a investigar sobre sillas adaptadas en distintos países. Al llegar a Pergamino, contacté una fábrica en Buenos Aires, pero los modelos eran muy caros. El dueño me pasó unos planos más accesibles, y con esa base empezamos”, contó.

La fabricación de la silla fue posible gracias al apoyo del Municipio, que declaró el proyecto de interés municipal y, a través del área de Desarrollo Social, colaboró con la obtención de materiales. La construcción estuvo a cargo de Jesús, con la ayuda de un amigo herrero que colaboró en el armado.

Un mensaje a la sociedad

Más allá del logro deportivo, Ledesma subraya el mensaje que busca transmitir: visibilizar la discapacidad y las dificultades cotidianas que enfrentan las personas con movilidad reducida. “Hay muchas cosas pendientes: el transporte, la falta de rampas, la inaccesibilidad en bares. Pareciera que no existen. Hay mucha gente encerrada en sus casas que necesita una ciudad más empática”, advirtió.

Un proyecto con futuro

Jesús espera que este sea apenas el comienzo. “Ojalá podamos hacer diez sillas más. Ver a muchas familias usando estas sillas sería un sueño. El deporte adaptado tiene que estar al alcance de todos”, expresó, al tiempo que recordó el ejemplo de atletas como Alexis Chávez, que han representado al país a nivel internacional.

Mientras tanto, la silla ya está disponible para quienes quieran utilizarla. Lo que empezó como una idea solitaria en la ruta, hoy se materializa en una herramienta de inclusión y alegría. Y quizás, en una semilla para una comunidad más justa e inclusiva.