El equipo de la localidad de Villanueva (partido de General Paz), El Siasgo, se coronó campeón del 81° Abierto Argentino de Pato, tras vencer en la final a San Patricio Baron por 17 a 15, obtuvo la Copa Pax Assistance, en un encuentro que se disputó en Palermo.
El Siasgo logró el título tras 15 años de sequía. El equipo, conformado por Justo Bermúdez, Facundo Novoa, Martin Lemme y el pergaminense Federico Ferrari, tiene la particularidad que ninguno de sus integrantes antes había conseguido salir campeón, debutaron todos, justamente contra el gran candidato: San Patricio.
Diarionucleo.com dialogó con Federico Ferrari, quien no solo logró el título sino que, además, obtuvo un reconocimiento a nivel personal.
Federico, fue una final muy emotiva, por momentos con resultados cambiantes…¿Cómo lo viviste?
FF: “La final fue ahí en Palermo, en la cancha 2. Fue la primera final que yo pude disputar en un Abierto. He jugado ya 5 o 6 Abiertos, pero este es el primero que salimos campeones, y la primera vez que pude estar ahí jugando en la cancha de Palermo. Fue un lindo partido para la gente, y para nosotros también. Fue muy buen partido, más que nada por el resultado que se dio a lo último, pero fue muy parejo en los 6 tiempos. Casi todo el partido nosotros estábamos adelante, tuvimos un parcial, que fue el cuarto, que terminamos 11-10 abajo, y después en el quinto tiempo tuvimos un parcial de 4 goles, ellos ninguno, y en el sexto terminamos 17-15, y ya cuando uno veía el reloj que sabía que eras campeón, ahí la sonrisa, nos mirábamos, la alegría que teníamos era impresionante. Fue el primer título para cada uno, el equipo ya tenía 7 títulos, y con este el octavo".
¿Cómo se dio tu llegada a ´El Siasgo´?
FF: “A fines de marzo, abril, me llaman por teléfono uno de los chicos de allá ofreciéndome la invitación si quería ir a representar a El Siasgo para el Abierto. Yo estaba jugando con otro equipo, entonces le dije que estaba encantado con la invitación pero que tenía que hablar con mis compañeros. Corté, los llamé a los chicos, y como venía el año muy complicado me dijeron que le diera para adelante, que no había problema. Así que ahí les confirmé a los chicos del Siasgo, armamos el equipo. Lo que dijimos, como estábamos en distintos lugares, era tener compromiso, practicar, ir a los distintos lugares, eso fue el pilar del equipo”.
En ese armado del equipo, ¿pensaban en el título o el transitar del torneo?
FF: “Nosotros sabíamos que teníamos que jugar todos los partidos desde abajo, éramos el menos favorito. Sabíamos que teníamos muy buenos caballos, estábamos muy bien los cuatro de la cabeza, físicamente, estábamos en una etapa de máximo crecimiento, pero los partidos había que jugarlos porque todos los rivales eran muy complicados…También la suerte juega poco, y en este caso nos tocó de nuestro lado”.
En el Pato, ¿cuánto hay de jinete y cuánto de caballo?
FF: “Es un binomio. Vos teniendo un buen caballo sos mucho más jugador que si tenés un caballo que no te rinde tanto. Entonces, siempre el caballo, a mi parecer, es el 80 por ciento de esto. Por eso el cuidado que uno le hace a los caballos. Vos venía acá de campo un día, estamos en plena temporada, y el caballo es un atleta”.
No solo que saliste campeón, también te llevaste el “Premio a la Caballerosidad”…
FF: “Sí, es así. Ese premio vendría a ser como si fuese un fair play: jugar tranquilo, no andar discutiendo, en el partido por ahí hubo bastantes jugadas discutidas, uno para seguir jugando bien tampoco te tenés que enganchar en eso porque después perdés la cabeza. Yo sabía la posición en la que jugaba, también estábamos enchufadísimos, esa es la realidad”.
Jugaron en “la catedral”, en Palermo, un mítico lugar. Para la gente que no conoce el ambiente, ¿qué tiene de particularidad, para vos, esta actividad?
FF: “Esto es un deporte muy familiar, que puede ir cualquier persona, lo puede practicar cualquier persona teniendo un caballo, es cuestión de tener ganas. El que va por primera vez por lo general le gusta porque es un deporte que tiene mucha adrenalina en sí, ver esos caballos cuando van corriendo a fondo, ver a una persona arriba de un caballo que se tira a levantar una pelota, o te da un pase de 20 metros, es algo que la gente se queda mirando sorprendida, y que es lindo para verlo, la verdad. Y el que tenga la posibilidad de ir a verlo en algún lado, alguna vez a la final de Palermo, que es el máximo escenario que puede tener el Pato, sería un placer, que lo va a disfrutar mucho”.
Acá en Pergamino la Sociedad Rural fomenta la actividad, tuvo equipos y escuela. ¿Cómo está la disciplina hoy por hoy?
FF: “La realidad es que de acá (en Pergamino) quedé yo solo jugando, con un chico más que vive en San Antonio de Areco, somos los dos jugadores que representamos durante el año a la Sociedad Rural de Pergamino, que siempre nos abre el acuerdo para ir a jugar a todos lados. Tenemos cancha en el predio de la Sociedad Rural, pero hoy por hoy, por ciertas cuestiones de logística para organizar un torneo, se requiere de mucho trabajo, se nos complica a veces organizar, pero siempre está latente la posibilidad de organizar un torneo acá en Pergamino, para que la gente de la ciudad y la región pueda ir a ver el Pato. Esto hace unos años ha tenido furor, acá en Pergamino iba todo el mundo a ver el Pato. Siempre que hemos hecho algún torneo había mucha gente, mucha aceptación, vos veías la cancha de los dos lados repleta, la gente iba con su mate, con una conservadora, se llenaba. Es un espectáculo lindo”.
Si bien el Pato es nacional, Argentina es potencia en lo que tenga que ver con alguna disciplina con caballo de por medio. ¿Qué opinas al respecto?
FF: “La Argentina en el Polo es el número uno; Pato es a nivel nacional, no se juega a nivel mundial, hay otros deportes similares. El año pasado tuve la posibilidad de ir a Turquía a hacer una demostración de Pato allá, esas cositas que te hace el deporte te gratifican un montón. Hemos ido a jugar a Jujuy, a Tucumán, a muchísimos lados, con invitación de gente de allá. En Argentina y Pato desde el sur hasta el norte de la República”.
Te llevo al recuerdo…¿Cómo empezaste a jugar al Pato?
FF: “Creo que desde que nací me habrán subido arriba a un caballo. Este es mi fanatismo. Mi viejo jugaba al Pato, desde chiquito lo iba a ver y siempre decía que iba a jugar al Pato cuando sea grande. Éramos mi hermano, un montón de chicos y yo que estábamos ahí, y teníamos la pelota, pero como nos llegábamos a levantarla nos hacían un ganchito con alambre, entonces con eso jugábamos. El primer torneo que jugué fue a los 16 años, aunque quería jugar antes, quería estar jugando con los grandes, y no me dejaban por una cuestión de edad. Hay miles de personas que están atrás de esto…Yo soy el que aparece en la foto con un trofeo, pero hay muchísima gente atrás; esa es la gente que yo quiero agradecer, principalmente a toda mi familia, mi viejo, mi vieja, mi novia, ellos son el pilar de esto, sin ellos yo no lo podría hacer nada. A toda mi familia, al chico que me cuida los caballos, al veterinario, a mis amigos, son un montón, no me quiero olvidar de nadie”.
Saliste campeón, objetivo cumplido. ¿Qué se viene para el 2024?. Ofertas no van a faltar (risas)
FF: “Soy de los partidarios del ´equipo campeón no se toca´. Hay que juntarnos los cuatro, charlarlo, ver qué proyección tenemos y ahí tomar una decisión. Ojalá que se pueda dar, que podamos seguir los cuatro porque tanto adentro de la cancha como afuera de la cancha hicimos una relación espectacular. Había mucho compañerismo. La misma gente que nos acompañaba, todos integrados, todos juntos con sus familiares, con los amigos, se armó un lindo grupo”.
Recién hablábamos de la disciplina en Pergamino. ¿Te gustaría enseñar, ser instructor?, ¿armar algo en Pergamino?...Habría que aprovechar el momento de tener un campeón nacional en la ciudad, ¿no?
FF: “Siempre está la expectativa de armar algo. Todos los años queremos, y después por unas cosas u otras no lo hacemos. Este, como vos decis, es un momento para ver si armamos un torneo, para que la gente venga a conocer y poder demostrar lo que es el deporte. En una época teníamos hasta una escuelita de Pato, pero ciertas cuestiones…es un deporte económicamente caro, y a veces se complicaba. Me acuerdo que en esa época estaba lleno de chicos que venían a aprender”.
Para cerrar, ¿qué significa el Pato para vos?
FF: “Es una forma de vita. Por el Pato y por los caballos soy capaz de dejar cualquier cosa. Lo mamé de muy chico y es una pasión muy grande que el día que yo no lo pueda jugarlo me voy a sentir como que me falta algo”.
Fotos: Crédito: Fernando Santamarina
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