Ayer por la tarde, pasado el mediodía, el Estadio “Fernando Bello” tuvo dos escenas: por un lado, en un sector de la cancha, las divisiones inferiores disputaban sus compromisos por fecha del fútbol doméstico, mientras que por otro sector, bien cerca del arco, un puñado de ex jugadores y dirigentes de Argentino, encabezado por su presidente, Mariano “Tony” Quintana, rindieron un emotivo homenaje al ex futbolista Enrique Gómez Barrios.
La historia de Gómez Barrios es muy particular: Este chaqueño de 70 años, nacido en Resistencia, pasó por el fútbol de México y El Salvador, entre otros.
Pero su paso por El Salvador no fue sencillo. En 1979 se desata un conflicto armado interno o guerra civil, en este país centroamericano, que duró hasta1992, aproximadamente. La Fuerza Armada de El Salvador (FAES) se enfrentó a las fuerzas insurgentes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). El número de víctimas de esta confrontación armada ha sido calculado en 75.000 muertos y 15.000 desaparecidos. El conflicto armado concluyó, después de un proceso de diálogo entre las partes, con la firma de los Acuerdos de Paz de Chapultepec.
Gómez Barrios, como dice él, se “escapó” de El Salvador. Volvió a la Argentina y en esa búsqueda por seguir jugando al fútbol, Argentino de Pergamino le abrió sus puertas.
“Estaba jugando a los Tigres de México, y de ahí paso a Platense de El Salvador. Ese año se desata la guerra civil más grande de toda Centroamérica; una guerra civil que duró toda la década del ´80, con más de 100.000 muertos. Tuve que salir escapado de El Salvador porque no se podía salir del país”, indicó Gómez Barrios en el inicio de la charla con DiarioNucleo.com.
¿Cómo fue que arribaste a Pergamino?
- “A través de Ramón Rabincho Ojeda, que era un basquetbolista chaqueño que jugaba aquí en Pergamino. Un día me dice: ´dame algunos recortes de diarios tuyos, yo los voy a llevar a Pergamino para ver si les gusta´. Entonces agarré y le di algunos recortes que traía de El Salvador, de México, de mi recorrido. Me vengo a Pergamino a probarme y les gustó a todos, principalmente al ´Colorado´ Sierra, que tengo un recuerdo enorme, inolvidable para mí, era como un padre para todos nosotros”.
Tengo entendido que aún a tus 70 años estás inhabilitado para jugar al fútbol. ¿Cómo es esa historia?
- (Risas) “Yo juego aquí en Pergamino con un permiso provisorio que me da la AFA. El club Argentino solicita mi pase para poder jugar, y la AFA le da al club Argentino un permiso provisorio por un año. Cumplido ese año yo tenía que regularizar mi situación en El Salvador o de lo contrario me inhabilitaba. Solucionar mi problema de habilitación costaba un montón de plata, que yo no la disponía, ni el club Argentino tampoco. Las tapas de los diarios en ese momento decían: ´Gómez Barrios inhabilitado´.
¿Y nunca te levantaron la sanción?
- “No, nunca, tuve que abandonar el fútbol a los 28, 29 años”.
Debutas en Argentino convirtiendo un gol inolvidable, acá en el “Fernando Bello”, ante, nada menos, que Douglas Haig. Un rojinegro que estaba “plagado” de grandes futbolistas. ¿Te acordás de la jugada y el desarrollo del partido?
- “Sí, claro. El arquero era de Duglas era (Domingo) Nannini, también jugaba Echecopar, Miguel Ángel Tojo, entre otros. El gol lo convierto a los 29 minutos. Fue una jugada que hacemos con ´Tito´ Martelotto y Giménez. Venimos tocando de la mitad de la cancha, a un toque llegamos hasta el área, y de por aquí cerca (señala en la cancha), acá a la izquierda se la cruzo al arquero…Calculá, era un clásico, este estadio estaba repleto de gente. Salí gritando a la tribuna, fue una cosa inolvidable. A mí me había tocado jugar en el Estadio Cuscatlán, en Centroamérica, un estadio fenomenal, pero emoción como ese día, recordarlo me pone piel de gallina. Fue tan emocionante. Salí gritando como loco…me abrazaban, pese a que perdimos 2 a 1 ese día. Recuerdo que sobre el final, en aquel arco (señala el arco contrario), me queda la pelota de puntín, me queda con la zurda, pasa lamiendo el palo, y Nannini decía ´otra vez´ (risas). Yo escuchaba los gritos, ese ´uhhhh´, que si entra ese gol hubiera sido espectacular”.
Sus ex compañeros y la dirigencia de Argentino le regaló una camiseta y dos reliquias de los tablones de la histórica tribuna. Gómez Barrios, visiblemente emocionado, también tuvo tiempo para recorrer las instalaciones, los vestuarios y compartir anécdotas con sus “viejos compañeros de aventuras”.
- “Para mí es inolvidable el hecho de haber estado un año aquí jugando en el Club Argentino. Tengo una emoción muy grande y sincera. Lo único que hice aquí fue cosechar esta cantidad de personas maravillosas. Mirá que me ha tocado estar en varios lugares jugando, pero nunca encontré personas así, fantásticas, aparte como futbolistas muy buenos, de una entrega total y de una calidad fenomenal, todos. Me acuerdo de la atención que han tenido con mi esposa, con mis dos hijos, que eran chiquitos en ese momento, estoy hablando hace 45 años atrás. Fue todo muy cordial, inolvidable. Pergamino es mi casa. Yo había prometido venir y hoy cumplí”, indicó.
Gómez Barrios no pudo contener las lágrimas, y allí fueron sus compañeros, a fundirse en un abrazo, en solo manojo humano como hace 45 años atrás cuando festejaron el gol que el chaqueño le convirtió a Douglas. El abrazo del alma que los unirá por siempre.
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