El fútbol podría enfrentarse a una crisis sin precedentes, con la posibilidad de una huelga de jugadores que amenaza la estructura de este deporte global.
El capitán del Manchester City y referente de la Selección española, Rodri Hernández, ha sido la voz más influyente en manifestar públicamente su descontento ante el creciente número de partidos que los jugadores deben disputar.
En la antesala de la nueva temporada de la Champions League, Rodri, gran candidato a ganar el balón de oro, fue contundente: “Si esto continúa así, llegado el momento no tendremos otra opción”, insinuando un eventual paro de futbolistas si no se regula el calendario.
El detonante de estas declaraciones radica en el aumento de competiciones y la expansión de torneos ya establecidos, como la Champions League, que este año incrementa el número de partidos en la fase inicial. La carga de partidos no solo afecta el rendimiento físico de los jugadores, sino también su bienestar mental, al verse inmersos en un ciclo ininterrumpido de viajes y competencias.
El principal reclamo de Rodri, y de otros jugadores de élite, es el calendario sobrecargado. La nueva Champions League obliga a los equipos a disputar más encuentros en la fase de grupos, mientras que el próximo Mundial de Clubes añadirá siete partidos más para aquellos que participen.
Estos ejemplos son solo el reflejo de una tendencia que parece no tener fin, y que además se extiende al fútbol de selecciones. El Mundial de 2026 también introducirá nuevas rondas que alargarán el torneo y aumentarán aún más la carga física de los jugadores.
Rodri no está solo en esta crítica, ya que FIFPro, el sindicato de futbolistas más grande del mundo, ha respaldado sus palabras y ya se encuentra inmerso en una disputa legal con la FIFA para intentar regular el calendario actual. En su comunicado, el sindicato advirtió que “el calendario de partidos internacionales se ha vuelto insostenible y un riesgo para la salud de los jugadores”, reforzando las quejas de aquellos que sienten que su bienestar está siendo relegado en pos de ganancias económicas.
El presidente de la Professional Footballers Association en Inglaterra y Gales, Maheta Molango, ya había anticipado esta situación en 2024, cuando varios jugadores comenzaron a discutir la posibilidad de una huelga. Según Molango, uno de ellos dijo: "No voy a permitirlo, si es necesario vamos a la huelga".
El presidente de La Liga, Javier Tebas, también expresó su apoyo, a pesar de su rol como representante de la patronal del fútbol español: “Creo que Rodri tiene razón. La acumulación de partidos afecta a 200 jugadores de élite, pero también a miles más que ven perjudicada la calidad de las competiciones nacionales”.
El descontento entre los futbolistas es palpable, y la posibilidad de una huelga comienza a tomar forma. Con figuras como Rodri, liderando esta postura, el mundo del fútbol podría enfrentar un paro que pondría en jaque la continuidad de las grandes competiciones. La pelota está ahora en el terreno de las organizaciones internacionales, quienes deberán decidir si priorizan el negocio o la salud y bienestar de los jugadores.
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