El lunes pasado, en la sede la Liga Pergaminense de Fútbol, se llevó a cabo el acto de egreso de los árbitros, que estarán disponibles para dirigir en la temporada 2024.
En acto que fue precedido por el titular del Colegio de Árbitros de Pergamino, Marcelo Lapeyre, junto al titular de la Liga Pergaminense, Guillermo Capdevila, además de los instructores de árbitros y otras autoridades, los egresados (2023) recibieron sus respectivos diplomas de certificación rodeados de amigos y familiares.
Diarionucleo.com dialogó con Lapeyre, titular del Colegio de Áribitros de Pergamino, quién hizo un repaso por la temporda, balance, entre otros puntos
Marcelo, cerrando la temporada, ¿qué evaluación haces del nivel arbitral en Pergamino?
ML: “Estamos en una etapa de recambio generacional, que hace cinco o seis años no nos pasaba, entonces tenemos chicos que están asentándose en la Primera División, con un largo recorrido en divisiones inferiores, y algunos árbitros de Primera que ya este año o muy próximamente dejen de arbitrar. El nivel que tenemos hoy es bastante regular, de todos modos, estamos conformes con el nivel que tenemos, pretendemos más. Los chicos que están llegando necesitan un período de adaptación a la Primera División, que hoy en Pergamino la tenemos y es muy compleja de arbitrar, por la cantidad de jugadores, la cantidad de equipos. Yo te podría decir que es de aceptable para arriba”.
¿Cuántos árbitros cuenta la Liga de Pergamino?
ML: “En total, contando desde Infanto Juvenil hasta la categoría Senior, contamos con un platel de 48 árbitros, que a veces parece un buen número, pero la actividad que tiene semanalmente la Liga de Fútbol, no solo los fines de semana, sino también entre semana, porque a veces no nos dan los tiempos, a veces no nos alcanzan y tenemos que pedir auxilio a algún otro lado”.
Hoy vemos estos jóvenes que egresan y dirigirán la Liga local. ¿Hoy cuesta llegar más arriba?
ML: “Scotti y Hardach, fueron los primeros, era otra época...También te puedo mencionar a González Taborde, Silvestre y Jesús Martínez. A través del Sindicato de Árbitros Deportivos, que se hizo hace 18 años, el interior se vio con la posibilidad cierta de arbitrar en Buenos Aires. Entonces, todo ese caudal de árbitros del interior, que antes era muy selecto, porque no podía participar de esas instancias, se tuvo la posibilidad. Hoy es mucho más la cantidad de oferta para una demanda que se fue achicando. Digamos que al cruzar la General Paz entramos en un embudo, por decirlo de alguna forma, ahí se hace una selección, que más allá de los méritos deportivos o personales, también a veces necesitás de algún apoyo extradeportivo, como en toda actividad, para poder llegar a esa élite”.
Hoy sos Presidente del Colegio de Árbitro, pero ¿cuánto llevas de árbitro, porque uno no deja la profesión en un costadito, me imagino?
ML: “Claro. Arranqué en el año ´88 con el curso, así que podemos estar hablando de, tranquilamente, 37, 38 años más o menos. Es una actividad muy linda, la empecé casi por un descuido, aunque me gustaba arbitrar, no pensaba nunca hacerlo en la forma que lo hice. Fui trepando escalones, algún mérito propio, alguna virtud, y alguien que nos vio en su momento nos permitió ejercer esta tan bonita actividad por tantos años. Ya hace 10, 11 años que estoy retirado de la actividad. Desde ese momento me convocaron a la Liga de Fútbol y estoy al frente del Colegio de Árbitros”.
Te llevo a tus comienzos. ¿Por qué elegiste ser arbitro?
ML: “En la escuela o en la secundaria todos jugaban en un club: en Juventud, en Douglas, en Tráfico´s, en Compañía…Y a mí realmente no me representaba jugar al fútbol, a pesar de que me encanta y lo juego, pero no con destreza como para haber jugado en un club. De chico me gustó impartir justicia en el campo deportivo, amé siempre la profesión; es más, ya en la escuela secundaria le pedía al profesor el espacio para poder arbitrar cuando teníamos las clases de gimnasia. La verdad que habia una llama vocacional, una luz interior que amo, y realmente me ha posibilitado desarrollarme hasta lo máximo, al techo que uno tiene, naturalmente. Siempre me gustó la vocación, las ganas de impartir justicia, aunque a veces algunas decisiones no van de la mano con la justicia, pero sí a veces con el sentido común, haciendo siempre todo de buena fe, tratando de que el error sea mínimo. Realmente es una profesión que amo, y nunca voy a dejar de amar, le entregué la vida al arbitraje”.
¿VAR sí o VAR no?
ML: “El VAR es una muy buena herramienta, no vamos a descubrir nada con eso, estamos diciendo que el agua moja. Yo creo que sí, hay que aceitarlo como todo proceso. El problema es que, sobre todo en Sudamérica, o más precisamente en Argentina, estamos sospechados siempre de todo. Aquel que maneja el VAR, que finalmente es un humano, por ahí a lo mejor ante el error, porque también es una cuestión a veces de interpretación, está sospechado. Pero yo confío plenamente en el VAR, que es bien usado es una herramienta fantástica”.
¿Referentes a nivel nacional?
ML: “En mi época podría decir que el Juan Carlos ´Pichi´ Loustau, tuve la oportunidad de conocerlo, fue docente mío en el curso nacional, para mí fue casi la perfección; árbitro de final de Copa Libertadores, de mundiales juveniles, de mundiales de primera, él era en su época mi referente en la forma del arbitrar, más allá de que había otros que nos gustaba también. Y si me preguntas en la actualidad, me gusta mucho Facundo Tello, es un chico oriundo del interior, es un chico que entiende mucho el juego, porque el arbitraje se trata de eso muchas veces, más allá de conocer reglamento, de la regla 1 a la regla 17, hay que conocer la práctica, hay que conocer el sentido común del juego, y creo que Facundo encierra todas esas condiciones para hoy ser uno de los referentes. Nosotros estamos en actividad amateur, y a veces hay que conocer que el jugador tiene algún problema, que viene de laburar, que corre para llegar a un partido, se cambia, y ahí nomás va la cancha; que a lo mejor no puede entrenar entre semana, y a los árbitros nos pasa lo mismo. Por eso, si el árbitro conoce eso le da un plus, porque entiende lo que es el sacrificio de entrenar toda la semana, y que al jugador le pasa exactamente lo mismo, sufre los mismos problemas que nosotros. Todos los años les digo a los chicos del Tribunal de Disciplina cuando los convocamos que no es leer el frío reglamento, la fría letra del reglamento, sino que hay que ir a la cancha, conocerla, por qué este puteó, por qué aquel pegó una piña; no es decir le doy 15 fechas y nada más. Hay que conocer un poquito, embarrarse los pies en el fútbol nuestro”.
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