Como a Maradona, en sus tiempo, y ahora es el turno de Messi, cuando uno decía en cualquier lugar del planeta "soy argentino", enseguida venía la cita de estos astros de fútbol. Lo mismo pasa dentro del país cuando uno dice “Pergamino”, enseguida la respuesta cae por decantación: Douglas Haig.
Es que Douglas y Pergamino es una simbiosis. Los logros deportivos, la competencia en la segunda categoría del fútbol argentino, marcadas de proezas, lograron que esos dos nombres estén casi juntos, cuando uno se cruza con un “futbolero”.
Hoy el rojinegro cumple 105 años de vida, y diarionucleo.com entrevistó a Enrique Horacio “El Mono” Cantoni, uno de los máximo ídolos, entre tantos, del fogonero.
Enrique, tuviste un comienzo breve por Argentino y después ya hiciste tu carrera en Douglas.
EC: “Para que vos tengas una idea, la cancha de Douglas estaba en Siria e Irlanda, yo viví enfrente, aprendí a caminar, a andar en bicicleta ahí, después la de la cancha pasó al lugar donde está hoy, en el Miguel Morales, así que conozco la historia, hace 40 años que participé siempre en la vida Douglas, y tuve el privilegio de jugar en el Nacional B, otros compañeros ascendieron en el ´86, y el otro año me tocó desde joven”.
¿Te acordás el primer partido en Primera, contra quién fue?
EC: “Debuté en Mandiyú de Corrientes, estaba de suplente, entro, y la primera jugada fui a cabecear, me cabeceaba Horacio Attadía, un ex jugador de Racing, muy conocido en el fútbol, y me quebré al toque, así que emparchaba un poco y terminé el partido. Tuvimos la desgracia de perder 1-0, esa fue mi primera incursión en el Nacional B”.
“A emparchar y a seguir”…nada de tirarse, ¿no?
EC: “Ha cambiado mucho ahora el fútbol. En ese tiempo era metemos dos algodones, tapamos las fosas nasales y a darle para adelante”.
Una particularidad tuya…Si uno ve tu ficha en internet dice que sos volante, pero jugaste de defensor, y en ese puesto sos uno de los históricos goleadores del Nacional B (jugó 425 partidos y convirtió 46 goles). ¿Era natural para vos marcar goles?
EC: “En los comienzos tenía grandes compañeros, grandes pateadores de tiros libres, por ahí cuando vos sos joven no bajas tanto a área, pero después ya cuando empecé a tener más juego…creo que el segundo año convertí el primer gol, y después de ahí con el tiempo me fui perfeccionando, pateaba tiros libres, penales, cabeceaba, he hecho varios goles, muchos goles”.
¿Te acordás a quién le hiciste el primer gol?
EC: “Sí, se lo hice a Guaraní Antonio Franco acá en cancha de Douglas. Marqué varios goles. Siempre estuve acá en Douglas, hoy si vos jugás y metés 11 goles, como me tocó hacer en un campeonato a mi, directamente te vas. Antes era difícil, uno pensaba en jugar, y parecía que los años no pasaban nunca, pero van pasando. Tuve la suerte de estar siempre defendiendo los colores de Douglas”.
En una entrevista te escuché que mencionaste a Passarella, ¿era tu referente?, ¿qué otros jugadores mirabas?
EC: “Daniel, sí, era referente de nuestra camada, Trossero, eran grandes referentes, eran goleadores…Passarella tenía un gran salto, zurdo, uno copiaba eso, trataba de hacer los tiros libres de esa manera, pero he tenido compañeros de la talla de Omar Jorge, Osvaldo Biain, que fueron los primeros con los que he jugado, arranqué jugando de marcador de punta izquierdo, después ya me fui haciendo central, jugué de volante, tuve varias posiciones, cuando faltaba uno siempre estaba. Lo importante era siempre estar ahí”.
Hoy Douglas está bien en lo deportivo, en semifinales del Federal A, buscando el ascenso. El club ha pasado vaivenes, ascensos, descensos, eso afectó institucionalmente y deportivamente al club. ¿Cuál es tu opinión?
EC: “A mí me tocó, en el año ´99, descender; prácticamente, ahí ya no me dediqué más al fútbol. Me tocó pasar momentos malos, después tuve una buena levantada, nuevamente llegué al nacional B, y hoy el club está en ascenso. Hace unos dos años, más o menos, después de la pandemia, se fue empezando a trabajar de a poco, tratando de buscar jugadores de Pergamino, capacitarlos, mirar mucho fútbol de acá, muchas inferiores; y hoy el club agarró una dinámica que se está acercando, bastante parecido, a un equipo profesional”.
Estás trabajando en inferiores…Al menos hoy hay una coherencia, una proyección en el Club, un proyecto, desde Raggio hacia abajo.
EC: “Gustavo (Raggio) y la Comisión Directiva han bajado una línea de trabajo, tenemos la suerte de tener ex-jugadores hoy trabajando; por ejemplo el “Bati” Aranda es el Coordinador de Inferiores, y tiene un gran equipo de trabajo, hay muchos chicos que han jugado, está también con Rodrigo (Caballuci) haciendo sus primeras armas, colaborando en inferiores. Yo estoy en la parte de Coordinador Infantil, que arrancamos este año, tenemos también un grupo de trabajo muy lindo, dedicándonos a los chiquititos cuando recién arrancan”.
¿Qué es lo que deja internamente trabajar con los infantiles?
EC: “Los chicos son muy chiquititos, tenemos en la categoría 12 en adelante, estamos hablando de los chiquitos de 10 años, que son las primeras herramientas que van haciendo. Y los más chiquititos son los más lindos, por su inocencia, son chiquitos de 6 años, 5 años, todos atrás de la pelota, vos no sabés la alegría que ellos le ponen; a medida que van avanzando ya tienen otros trabajos, tenemos una categoría en 2012 que está pasando a cancha grande, trabajamos con distintos profesores, enseñándoles, teniendo paciencia, la bajada de líneas como te decía anteriormente, nos deja una cancha libre dos veces por semana, y los chicos también hacen fútbol. Hoy el club está en un buen momento”.
Volvemos a tu época de jugar. Vos decías que jugaste de todo y estabas al “pie del cañón”…Tan así que hasta llegaste a atajar en un partido. ¿Cómo se dio esa situación?
EC: “Hoy se prepara para todo, viste. A un compañero lo expulsaron, no teníamos cambio, y los últimos 6, 7 minutos, 8 minutos atajé, fue en cancha del Chipotle, en Río Negro; el arquero nuestro era el queridísimo Jorge Cassé, nos habían echado otros o tres jugadores y estábamos diezmados, así que me puse la de arquero…Salí a cortar un centro, pero terminamos cero a cero (Risas).
¿Te quedaste con la espina de haberte quedado ahí en la puerta de fichar para Huracán, en la puerta también de Independiente? ¿Te quedó pendiente o no el sueño de Primera División?
EC: “Tuve la oportunidad de salir de aquí (Douglas), dos o tres veces. Jamás me arrepentí de haberme quedado acá en Douglas. Es mi segunda casa, hemos tenido momentos difíciles, hemos descendido, el club no estaba en un momento bárbaro, pero también tuvimos la suerte, entre comillas, porque llegamos a una semifinal de octogonal de Nacional B, y quedamos afuera con Instituto de Córdoba, fue un partido increíble, así que tuve de todas. Después hubo un momento del club, cuando hubo un recambio de jugadores, me pude haber ido a Banfield, me quedo, me voy al descenso y el Banfield asciende. A lo mejor no hubiese podido jugar en Primera A, no lo sé, pero sí hubiese seguido jugando en Nacional B, o hubiese seguido jugando un par de años más, porque estaba entero, nunca tuve una lesión grave, me retiré con 31 años”.
Un momento lindo y un momento feo en Douglas, puede ser desde lo deportivo, desde institucional, de algún grito en la tribuna, lo que se te venga a la memoria.
EC: “Lo más triste es cuando vos te vas al descenso, eso fue lo más triste de mi carrera. Ya veníamos mal, se hizo todo largo, íbamos a jugar los partidos, nos hacían un gol y después no podíamos revertirlo, era todo así. Esa fue la mayor tristeza que he tenido. Y alegrías tuve un motonazo. Había que disfrutar los momentos. De ese año, del ´86, 89-90, que también teníamos el problema del descenso y terminamos peleando el campeonato con Huracán, teníamos un equipo histórico…Después tuvimos otro gran equipo, que creo que también lo formó “Don” Miguel, siguió Ángel Celoria, tuvimos una levantada, y creo que ese equipo era el ideal para llegar a Primera A".
Te hago pensar un poquito, un juego. Te voy a poner en un compromiso, ¿te animas a decirme tu once ideal?
EC: “Siempre digo que me gustan los de Pergamino. Del Nacional B….Arezzo, Carlos “Pachi” Ferrari, Omar Jorge, me pongo de central (risas), y el “Negro” Rosello. Después…Silvio Damore, tuvimos un jugador tremendo como fue Daniel Esplandino, Flavio Pelicchia, Gustavo “Sapo” Cuarta….Ahi tenés unos cuantos (risas). Dejame los otros que jugaban todos bien también”.
Para ir cerrando, ¿alguna vez te pensaste fuera del fútbol? ¿Qué otra actividad o profesión hubieras seguido?
EC: “Siempre soñé con esto, siempre soñé que iba a jugar al fútbol, desde chiquito, siempre dije que iba a jugar al fútbol y que iba a jugar a nivel profesional”.
Ahora si, por último, Enrique. ¿Qué significa Douglas para vos?
EC: “Hoy la emoción es ir a la cancha, ver del equipo está bien, ver la gente, ver a mi familia, a mi hija, que me acompañan mucho en la cancha; los otros días en el partimos que estábamos en la platea y ver toda la gente que había en la cancha, y ver a mi hija cómo gritaba, y me agaché para que ella no me viera porque se me caían las lágrimas. Yo en la cancha la paso bien, colaboro, ayudo con los choripanes, corto el pan, no tengo problemas. Douglas me hizo primero como jugador y como persona, y eso es lo que uno le trata de inculcar a los chicos, lo que es un club y la amistad que te queda, perdura en el tiempo. Tenemos grandes equipos en Pergamino, estas semanas fueron las finales de la Primera A y B, va mucha gente a la cancha, y uno quiere que a los clubes que les vaya muy bien, porque en realidad los clubes es donde vos sacas a los chicos de la calle, esa es la realidad. Quiero aprovechar para saludar a la gente de Douglas en estos 105 años de fogoneros, yo ya llevo casi media vida metida ahí, más de 40 años, conozco la historia del club. Lo único que le pido es que siga por mucho tiempo más, y ojalá que este cuerpo técnico, este grupo de jugadores, este grupo de dirigentes, nos regalen lo que nosotros tanto queremos, que es una gran alegría que Douglas vuelva al Nacional B”.
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