Daniel Bilos, el pergaminense al que Croacia quiso llevar a un Mundial
"La verdad que fue una decisión difícil, compleja, y hoy a tantos años de haberla tomado no me arrepiento", comentó a Diario Núcleo.
Si uno habla del “Flaco” Bilos, inmediatamente en la retina de los amantes del fútbol se viene a la memoria ese “Lungo” de pelo largo, que con sus zancadas largas dejaba atrás a rivales, siempe jugando por un carril pegadito a la raya. Tuvo su debut profesional en el 2001 con la camiseta de Banfield. Su buen rendimiento hizo que entrara, rápido, en el radar de Boca. Así que del “Taladro” se calzó la casaca del “Xeneize”, donde consiguió los títulos Apertura y Clausura (2005-2006), en el terreno local, y Recopa y Copa Sudamericana, en el plano internacional.
Hizo las valijas y se fue a Francia para defender los colores del Saint Etienne. También en el exterior jugó para un grande de México, el América. De vuelta en la Argentina pasó por San Lorenzo de Almagro, una segunda etapa Banfield, para cerrar, de forma temprana, su carrera en Douglas Haig.
Atento, cordial, Daniel “El Flaco” Bilos se tomó tiempo extenso para dialogar con Diario Núcleo acerca de su carrera. Bilos en primera persona…
- Daniel, Jugaste un amistoso en ese país vistiendo la camiseta de la Selección Argentina (2005), enfrentando a Qatar. Además, ese fue tu debut con la albiceleste. ¿Cómo fue esa experiencia? ¿Qué le espera al seleccionado en ese país en cuanto a infraestructura, clima, etc?
- DB: “La verdad que fue un sueño porque ver en el medio del desierto la majestuosidad de la ciudad de Doha en ese momento, lo que es a nivel arquitectura, lo sorprendente que es lo que construyeron en el medio del desierto, esa ciudad y de la forma en que está construido, era verlo en película o en alguna foto, nunca me imaginé que podía llegar a estar en ese lugar. Para mi fue una experiencia más que buena. Si vos me decías cuando estaba en Pergamino que me iba a poder pasar esto no me lo hubiera imaginado. Yo me vine casi a los 19 años a Buenos Aires, dentro de todo fue una carrera rápida pero intensa”.
- ¿O sea que no te sorprende que Qatar sea la sede del Mundial, por todo lo que se veía años atrás?
- DB: “La verdad que no porque una cosa es cuando te lo cuentan y otra es haber estado en ese lugar, en la cancha que nos tocó jugar en ese momento, es un oasis, no me sorprende que se juegue el Mundial ahí. Seguramente, cuando nos vayamos acercando a la fecha de inicio van a aparecer cosas que nos van a sorprender. Esperemos que más allá de todo lo que veamos de la ciudad, de la forma de vida, que el objetivo para nosotros es lo futbolístico y que a la Selección le vaya muy bien”.
- Daniel, ¿qué opinión tenés del equipo?
- DB: “La veo muy bien a la Selección. Creo que llegan en un momento de esplendor de muchos jugadores, partido a partido, más allá del rival que le toque, tienen una manera de juego. No me tocó jugar un Mundial, lo veo desde afuera, una vez que pasas la fase de grupo es un partido y depende de cómo te levantas. Tengo plena confianza a la Selección Argentina; después se verá los jugadores que sean seleccionados para jugar en la Copa”.
- La Selección se sacó “una mochila”, por así decirlo, al ganar la Copa América, se sacó “una espina”. ¿No crees que los jugadores, si bien es otro equipo, juegan con menos presión?, ¿También “no ir, entre comillas, como candidato” les saca presión y responsabilidad?
- DB: “Sí, coincido. Venía de mucho tiempo de no ganar nada a nivel selecciones, y a la Argentina siempre se le exige, siempre se le pide por una cosa u otra. Le ha tocado perder en finales, y haber ganado la Copa América, como vos decís, es sacarse un peso de encima, y pudieron encarar de otra manera este tramo de eliminatorias y ahora se viene el Mundial. Argentina siempre va a ser candidato por una cuestión de historia, de idiosincrasia nuestra”.
- Justamente después de esas finales perdidas, hoy el público se volvió a conectar con el seleccionado. ¿Crees que la gente se volvió a enamorar de la Selección?
- DB: “Si, sí, se veo en el día a día, en cada partido que juega, más allá de contra quién juegue, y dónde juegue, la movilización que hay. Eso también al jugador de futbol le llega, como cuando las cosas no salen bien. Las cosas están bien, también te llega, y eso es un plus para cada uno de los jugadores. Lo veo como espectador que los jugadores disfrutan de cada partido que juegan”.
- Daniel, volvamos al partido en el que debutaste con la Selección. Ahí te tocó ser compañero de Lionel Messi, que daba sus primeros pasos en el equipo mayor. ¿Cómo era el día a día con Lionel?
- DB: “La verdad, verlo en los entrenamientos que tocó compartir uno esperaba que pase lo que pasó, que se convirtiera en un fuera de serie, por encima de la media de los jugadores de elite y que esté un paso adelante. Lo vi hacer cosas que sorprenden en los partidos oficiales, pero en los entrenamientos, donde por ahí estas un poco más tranquilo, vi cosas impresionantes, jugadas y movimientos que no se como lo hace. Con la poca experiencia que tuve con él vi que es una persona muy sencilla, muy simple, eso suma también para que uno le desee lo mejor. La verdad que hizo una carrera espectacular, pero también hay que destacar el mantenerse en un nivel durante tanto tiempo es una virtud que la tuvieron muy pocos en la historia del fútbol”.
- Vos decías recién ´no jugué un Mundial´. En un momento te convocaron para jugar en la Selección de Croacia, quizás hubieras tenido esa posibilidad de ir una Copa del Mundo. Sin embargo, rechazaste esa posibilidad para jugar con la Argentina. ¿Te arrepentís de esa decisión?, ¿Cómo fue ese momento de tener que optar por una u otra selección?
- DB: “La verdad que estoy tranquilo. En su momento fue una decisión, obviamente, difícil porque era la posibilidad de integrar la lista de 23 jugadores de la selección de Croacia contra la escasa chance de integrar la selección Argentina, por la calidad de jugadores que había en ese momento. Siempre digo que las decisiones se toman en algún momento y después tienen consecuencias, a veces son favorables, a veces son desfavorables; en mi caso me tocó no jugar un Mundial, pero la verdad que es un halago en lo personal porque tampoco me hubiese imaginado nunca estando en Pergamino que en un punto de mi carrera tuviese que elegir entre la selección del país donde nací y la selección de la cual vienen mis ancestros. La verdad que fue una decisión difícil, compleja, y hoy a tantos años de haberla tomado no me arrepiento. Hay jugadores que optaron por la segunda opción, y es válido, son decisiones personales, son todas validas”.
- Vamos al presente. Estás trabajando en las inferiores de Banfield, allá en el sur del conurbano bonaerense. ¿Encontraste ´tu lugar en el mundo´?
- DB: “Banfield fue la ciudad que me adoptó. La gente me transmite su cariño, en cada partido, cuando voy a la cancha, en cada comercio en el barrio. La verdad que yo me siento muy agradecido porque el hecho de no ser de acá, no haber nacido acá, que me hayan tomado de la manera que me han tomado en lo personal, en lo familiar, en todo, la verdad que Banfield es como mi casa. Estar trabajando en el club y seguir relacionado al fútbol, que es lo que me gusta, que me apasiona, era algo impensado cuando llegué. Con el tiempo uno va cosechando lo que fue sembrando”.
- ¿Te gustaría dirigir en Primera?
- DB: “Siempre digo que después de la lesión que tuve en la rodilla, que no me imaginaba que me iba a cortar la carrera de esa manera, traté de ir viviendo el día a día. Dirigir Primera es totalmente distinto. Si en algún futuro llega, bienvenido sea; si es que no se da seguiré tratando de aportar un granito de arena a los chicos que me toca dirigir. Que ese porcentaje ínfimo que llega a Primera División tenga, por lo menos, un buen recuerdo en cuanto a una enseñanza que le doy”.
- No podemos cerrar la nota sin hablar de Boca, ni de Douglas. ¿Qué te dejó el ´mundo Boca´?
- DB: “Es impresionante. No se puede describir, no hay una palabra para describir la cantidad de sensaciones que genera Boca. La repercusión que tiene, y pensar que en el momento en que me tocó jugar no había redes sociales, la forma en que llegaba la información era distinta, ni mejor ni peor, pero todo se magnifica, lo bueno y lo malo. Gracias a Dios, me tocó compartir con un grupo donde todo lo que se jugó se ganó; me tocó una época buena. El hincha de Boca se acuerda del equipo del ´Coco´ (Basile). Era un sueño, más para uno que es del interior, jugar en la ´Bombonera´, jugar finales, salir campeón. La verdad que no tengo una palabra que pueda definir todo lo que siente, cada vivencia, cada momento, lo que pasa por el cuerpo, por la mente, haber conocido a Diego Maradona, haber conocido montones de cosas que de otra forma no hubiese pasado”.
- Vamos cerrando Daniel, por último. En el final de tu etapa como jugador te pusiste la “rojinegra” de Douglas. Pese a la lesión que te condicionó, ¿jugar en Douglas fue la mejor manera de cerrar la carrera?
- DB: “Soy hincha de Douglas desde muy chico. Iba a la cancha con mi abuelo, con mi papá, con mi hermano y mi tío. Cuando surgió la posibilidad, me acuerdo que me llamó Sergio Lippi y le fui sincero; le digo, palabras textuales, ´Sergio, no puedo jugar más de diez minutos, tengo la rodilla destruida´. Quería cumplir otro pequeño sueño, terminar con Douglas, con ese equipo que desde chico seguí, que sigo actualmente y del cual soy hincha. Yo sabía que no estaba para jugar, fui claro, Sergio también lo entendió. Fue algo simbólico en lo personal ponerme la camiseta “rojinegra”. Le pude dar un cierre a mi carrera como futbolista. Cada persona en su profesión tiene un sueño. Yo creo la vida, más allá de la lesión en la rodilla, me dio muchísimo más de lo que yo esperaba. Me retrotraigo muchas veces a la infancia, de pasar a jugar en la vereda de mi casa en Pergamino a estadios que nunca me hubiera imaginado, ponerme la camiseta de la Selección Argentina. Son muchos sueños, son pocos los que tienen la suerte de poder lograrlo, y Dios quiso que la carrera mía no fuera tan extensa, pero sí que sea intensa, y así lo viví”.