En el día de hoy falleció el histórico DT Sergio Lippi. Con Douglas, obtuvo el ascenso al Argentino A, en 2010. Por su parte, con Sarmiento, consiguió los ascensos a la B Metropolitana y Nacional.
Una característica saliente de Sergio Lippi como director técnico era la templanza, la serenidad. Sentado en el banco de suplentes, dando instrucciones en un entrenamiento o respondiendo en una conferencia de prensa, en la victoria o la derrota, la mesura era su sello distintivo.
Aun cuando esto pueda ser visto como un rasgo de frialdad, la realidad está muy lejos de eso. Tal vez la procesión vaya por dentro. Pero si hay algo que definía a Lippi era la pasión. Y él era, ante todo, un apasionado del fútbol.
Estuvo ligado al deporte desde siempre. Fue jugador, preparador físico, ayudante técnico y entrenador. Dirigió desde la liga local hasta la Primera División. Y siempre, tanto en las mejores y las peores circunstancias, tuvo un compromiso irrenunciable. Un compromiso guiado, ante todo, por la pasión.
Como futbolista vistió las camisetas de Jorge Newbery y Mariano Moreno, de Junín, su ciudad. Estudió profesorado de Educación Física y dio clases en colegios en de ciudad natal
Como DT tuvo una larga carrera en el ascenso: Douglas Haig de Pergamino, Patronato de Paraná, Instituto de Córdoba, Crucero del Norte de Misiones y Olimpo de Bahía Blanca. Recientemente se desempeñaba en la Academia Mascherano en categorías formativas.
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