Nací en Bahía Blanca, porque mi viejo estaba jugando en Olimpo de esa ciudad. Pero a los 4 años ya me instalé en Pergamino, donde quedé radicado por el tema del jardín en su momento, la escuela, después, y además mi vieja es de ahí.
Estuve hasta los 14 años, cuando se me dio la oportunidad de salir a otro club. A los cinco años ya estaba jugando en Argentino de Pergamino. Hice todas las formativas en el club, donde tengo los mejores recuerdos.
Fui campeón con Argentino de Pergamino en lo que hoy es U13, U15 y las otras categorías más grandes.
Luego, tuve la posibilidad de irme a Boca Juniors sin saber que iba a ser el inicio de mi carrera profesional.
Pasó que fui a jugar un torneo provincial con la selección de Pergamino, yo tenía 13 y jugué con los U15 en la ciudad de Mar del Plata.
Ahí me ven varios reclutadores y justo se dio la posibilidad de estar en el radar de Estudiantes de Olavarría, Atenas de Córdoba y Boca Juniors.
Tomé la decisión personal de ir a Boca por una cuestión que estaba más cerca para poder viajar a mi casa a estar con mi familia.
En Boca me fue bien. Me tocaron pasar años dorados, con los mejores jugadores a nivel profesional, tremendos basquetbolistas como Byron Wilson, Paolo Quinteros, Leonardo Gutiérrez, Raymundo Legaria, Lázaro Borrell, un montón de jugadores que me marcaron en lo que fue la segunda parte de mi momento en las formativas.
Yo hasta los 14 años jugué de una manera y a partir de los 15 mi vida cambió en ese sentido, porque pasé a compartir con un montón de chicos otras vivencias.
El enfoque cambió radicalmente porque en Pergamino jugaba al básquet para estar con mis amigos sin buscar objetivos individuales.
Justo se dio que se abrió esta posibilidad y, cuando vi lo que era el profesionalismo, quise aferrarme en un 100% a ello. Lógicamente que hubo un montón de sacrificios y, gracias a Dios, se fue dando todo de a poco.
Debuté en el profesionalismo en el año 2003. Tenía 16 años y fue contra Ferro Carril Oeste. Recuerdo que ya era casi el verano. Me tocó debutar, y uno en ese momento no tiene noción, después le va cayendo la ficha.
Empecé a entrenar con el equipo de la Liga y a los tres partidos me mandaron a la cancha.
Después hubo que mantener el paso por donde estaba, porque había un montón de jugadores que querían tu lugar.
Entonces uno deja de vivir un montón de cosas de chicos de mi edad para dedicarse de lleno a esto, verlo desde otro sentido.
Empezar a jugar la Liga Nacional desde tan joven me hizo ver un montón de cosas y me hizo madurar desde otra perspectiva también.
Me tocó ser campeón de la Liga Nacional con Boca Juniors justo en el primer año que jugué, que le ganamos la final a Gimnasia de La Plata.
Después empecé a estar fijo en los planteles, a viajar. En el primer año me tocaba rotar porque estaba terminando el secundario.
En el 2006-07, antes que empiece a ir a otros clubes, me tocó ser campeón con Gutiérrez, Legaria, un equipazo.
Al irme de Boca puedo decir que comenzó mi carrera. Yo de tener lo que uno no se imagina, que Boca me lo daba, pasé a Rojas, que estaba disputando la Liga “B”, para ver si realmente podía vivir del básquet. En realidad era un chico de 19 años que todavía no tenía la oportunidad de tener un protagonismo para ver si realmente podía vivir del deporte que amaba.
Como fui el goleador de la “B”, me contrató Argentino al año siguiente para el TNA, donde ascendimos, lo que me hizo fuerte porque estuve varios años en la categoría cambiando de equipo.
Me fui a jugar la “A” con Libertad de Sunchales, donde disputamos dos ligas Sudamericanas y llegamos a la final de la LNB en una oportunidad, y luego no quise bajar más de categoría.
Me sacrifiqué mucho para tener un presente en la Liga Nacional, que gracias a Dios se me fue dando.
No cerré mi ciclo de Liga Nacional. Hoy me toca vivir una situación que es la primera vez que me pasa: va a empezar una temporada y, profesionalmente hablando, me encuentra sin la posibilidad de comenzarla.
Obviamente me estoy entrenando como si fuese la Liga Nacional y agradecido a San Martín que me dio la oportunidad de mantenerme activo basquetbolísticamente.
La realidad es que hoy me toca esperar. Voy a analizar lo que se puede dar en un futuro, pero las ganas siguen intactas de querer seguir jugando en la máxima categoría, y esperando.
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