El exbasquetbolista Andrés “Chapu” Nocioni, integrante de la Generación Dorada, estuvo presente ayer, en el primer día de la Expo Junín, y brindó una charla de liderazgo, motivación y trabajo en equipo.
En la primera jornada, el ex Selección Argentina de básquet compartió anécdotas, reflexiones y aprendizajes de su carrera como deportista.
“Es una charla mucho más amena, más tranquila, pero sin dejar de lado conceptos que hemos vivido y que tuvimos la oportunidad de desarrollar como equipo. Todo lo que nos llevó a ser competitivos y alcanzar tantos éxitos con la Generación Dorada”, introdujo.
Frustraciones, preparación y resiliencia
Nocioni recordó la semifinal del Mundial 2006 ante España: “Soy el único y máximo responsable de que Emanuel Ginóbili no tenga el único título que le falta porque erré un triple que nos hubiera llevado a la final y estoy convencido de que hubiéramos sido campeones. No tuve la fortuna de que la pelota entrara”.
“Años después, en Río 2016, pude convertir un triple importante para clasificar a la siguiente ronda. Eso me enseñó que hay que estar siempre preparado. El talento se educa en la calma para que cuando llegue la tempestad, tengamos las herramientas y estemos listos para la toma de decisiones”, expresó.
Para el exjugador, las crisis son oportunidades de crecimiento: “Cuando uno está incómodo en distintas situaciones, es cuando realmente desarrolla capacidades. Errar un triple decisivo no es algo que uno quiera vivir, pero son esas situaciones las que te hacen crecer”.
El valor de todos en un equipo
Nocioni también abordó el concepto de liderazgo y dio detalles entre líderes naturales, silenciosos y situacionales.
“Antes se pensaba que el líder era el caudillo que todos seguían. Hoy entendemos que hay muchos tipos de líderes. Un ejemplo fue Walter Herrmann, que en Atenas 2004 tuvo un papel clave contra Grecia, pese a no haber jugado antes. Por eso es tan importante valorar a todos en un grupo: hoy quizás no tienen protagonismo, pero mañana pueden ser decisivos”, manifestó.
“La persona que ve que no tiene tanto protagonismo, necesita estar preparada y seguir trabajando para que en algún momento tenga su momento dentro del grupo, dentro de una oficina, dentro del equipo o lo que sea en la vida. Esa es la importancia del trabajo individual, de la preparación personal dentro de un grupo”, aseguró.
Ego, respeto y compromiso colectivo
“El ego tiene que estar. Uno tiene que tener amor propio para poder darle lo mejor al grupo. El único que puede decir lo que no podés hacer, sos vos mismo. Pero ese ego nunca debe superar la ambición colectiva”, subrayó.
Al hablar de la Generación Dorada, resaltó que el éxito no se basaba en el talento individual —que otros equipos tenían en mayor medida—, sino en la unidad: “Éramos figuras en nuestros clubes, pero en la selección nos volvíamos sumisos y aceptábamos lo que decía el entrenador. El ego debe ser constructivo, aportar al grupo y no sobrepasarlo”.
Con anécdotas, reflexiones y humor, Nocioni finalizó la charla con un mensaje claro: la preparación, la humildad, la valoración de todos los integrantes de un equipo y el control del ego son pilares para alcanzar cualquier objetivo colectivo.
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