A los 16 años se ´metió´ en el ambiente del básquet. Hoy a los 22 años ya dirigió finales de Primera División. Estudia el Profesorado de Educación Física. Su pasión por el arbitraje y sus metas. Un mano a mano con Diarionucleo.com
¿Cómo te iniciaste en el ´mundo del arbitraje´? ¿Jugabas al básquet?
AR: “Fue muy raro porque yo nunca había jugado el básquet, mi mamá es jugadora de toda la vida, pero yo siempre había jugado el hockey. Por una lesión en la rodilla y por amistades dejé de jugar al hockey, me hice amiga de gente del Club Sports y me fui acercando al deporte. Un día mi mamá mira me dijo que estaban dando un curso y fui, medio de cara dura, no conocía el deporte, empecé de cero. Así surgió mi interés. A los 16 años comencé en la escuelita en Pergamino, que estaba a cargo de Leandro Pagliarici. Hicimos unos 6, 7 meses completos, y cuando terminamos el curso fue en época de playoff, así que ese torneo no lo dirigimos, pero los años siguientes le metimos con ganas a todos los partidos que había”.
Hoy estás ya en Primera, pero seguramente empezaste con lo que es tira…Hiciste toda la escalera, por así decirlo ¿no?
AR: “Claro. Terminé el curso en la Escuela de Árbitros y empezamos a dirigir todo lo que era tira, después nos agarró la pandemia, y me vine a vivir acá a Venado. Así que dirijo la liga de acá y de Pergamino”.
El básquet femenino da pasos lentos en Pergamino pero no baja los brazos, con la participación de Sportivo Rojas, Gimnasia, Sports, hubo intentos de Argentino, Juventud, entro otros. Es una actividad que está en desarrollo. Con el arbitraje sos la primera mujer, por el momento. ¿Considerás que al ambiente le cuesta aún verte dirigir un partido de masculino o ya se naturalizó?
AR: “No, cuesta horrores, cuesta ver a una mujer dirigiendo. Hace poco estuve en la Liga de Pergamino dirigiendo lo que fueron las finales de Primera y Semifinales. Los ambientes son complicados, las asociaciones deberían proteger a los árbitros, ya sea hombre o mujer. Como te decía, en uno de los partidos me fui casi con ganas de llorar, fue en una de la semifinal en Pergamino. Fue puntual, terminamos frente a frente con un espectador, me insultó mal; yo tengo 22 años y esta persona podría ser tranquilamente mi papá, mi abuelo. A veces recibimos insultos de las mujeres, también. Es complejo”.
¿Y cómo manejas esas situaciones, lo hablás en tu entorno familiar, con terapia? ¿Lo hablás con tus colegas?
AR: “Lo mejor que puede pasar es que tengas un acompañamiento, una terapia, yo no la hago, pero me vendría muy bien. Con mi familia no hablo porque mi papá no viene del ´palo´ del básquet, me fue a ver una sola vez porque te podés imaginar como todo padre llegan a ver a su hija que la están insultando se pondría muy mal. Mi mamá sí está mucho más metida en el ámbito del básquet, entonces es más crítica constructiva”.
¿Y estas situaciones te desaniman o te hacen más fuerte?
AR: “No, a mi no me afecta. Yo trato de darle para adelante y saber que puedo más, que puedo aprender, no me desmotivo”.
En la misma línea, ¿cómo es el trato con los jugadores y cómo es el trato con tus colegas?
AR: “Tengo mucha suerte que al haber muchos torneos cada vez que puedo ir hacia otra ciudad lo hago, aprendo muchísimo de otros árbitros. Y con los jugadores es medio difícil a veces porque me ha pasado situaciones en partidos de Primera que los varones saludan al juez uno y a mí tal vez no me saludan o al revés, pero también hay otros que me saludan primero, educados y se portan bien en el juego”.
Recién me contaste lo feo que te pasó en una cancha. Seguramente hay más buenas y lindas postales. Quiero que hagas memoria y recuerdes esa foto de la primera vez que saliste a dirigir…Me imagino nervios, ¿cómo fue?
AR: “La primera vez que dirigí tira no me lo voy a olvidar nunca. Dirigí con Leandro Pagliarisi en cancha de Juventud. En todo el partido pité una falta y dos pelotas que se salieron de la cancha. (Risas) Es muy cómico. Después los partidos siguientes todo al revés, pitaba 30, 40 faltas por partido, no podían jugar a nada. Hasta que logré buscar mi vara. Y después cuando dirigí Primera la primera vez fue acá en Venado Tuerto. Me acuerdo que me mandaron a dirigir el campeón del torneo anterior y el subcampeón, fue un partidazo muy lindo. Ya a partir de eso fue otra cabeza”.
En Pergamino sos la única mujer que está dirigiendo a nivel Primera. ¿Cuál sería el mensaje tuyo para alguna chica que quiera comenzar a dirigir?
AR: “Sí, soy la única mujer que está dirigiendo a nivel Primera, ahora creo que hay más chicas que están en la Escuelita. Y como mensaje… si es lo que realmente les gusta esta actividad que le metan con todo porque hay lugar para todas, hay lugar para crecer, para hacer experiencias. Yo tengo la suerte de mantenerme con el arbitraje; pago mi carrera, pago mi departamento, pago mis comidas, pago todo con el arbitraje. Es un muy buen sustento económico y una muy buena fuente de laburo”.
¿Cómo se prepara un árbitro más allá de lo físico? ¿Cómo es en tu caso, mirás partidos en la semana?
AR: “Trato de ir al gimnasio por lo menos tres veces por semana. Ya de por sí mi carrera es muy física así que con lo que es físico no tengo mucho problema. Después con el tema de la preparación soy media intensa porque me pasó el otro día que terminamos de dirigir a las once de la noche y llegué a mi casa y puse a analizar todo el partido; me anoto los errores, veo las jugadas de nuevo, trato de compararlo, me miro al espejo, hago las señas, capaz que estoy en algún lugar que veo un reflejo y también hago las señas, es porque quiero aprender, quiero corregirme, quiero mejorar. Siempre traté de tener referentes mujeres para el arbitraje, no porque sean mujeres. El año pasado dirigí con una chica de Rosario y me sirvió muchísimo verla para saber qué quería hacer conmigo, y después este año conocí muchas más mujeres árbitro, me voy llevando un poquito de cada una”.
¿Hasta dónde te gustaría llegar con el arbitraje?
AR: “Mira, ahora el 25 de agosto me voy a dirigir el Mundial de Maxibásket en Mar de Plata, ya con 22 años tengo la primera proyección mundial, así que creo que no hay techo. Hasta donde me pueda llevar el arbitraje voy a ir”.
Compartir