El presidente estadounidense Donald Trump indultó a decenas de personas, entre las cuales figura el ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, acusadas de intentar anular los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 que dieron ganador a Joe Biden, según un documento del Departamento de Justicia.
Una proclamación publicada el domingo por la noche en la cuenta personal X del abogado de indultos del Departamento de Justicia, Ed Martin, indicó que el mandatario otorgó un “indulto total, completo e incondicional” a 77 personas, entre ellas Rudy Giuliani y el antiguo jefe de gabinete de Trump, Mark Meadows.
El documento señala que esto “pone fin a una grave injusticia nacional perpetrada contra el pueblo estadounidense tras las elecciones presidenciales de 2020 y da continuidad al proceso de reconciliación nacional”.
Giuliani es uno de los aliados políticos y abogados personales más antiguos de Trump. Fue suspendido del ejercicio de la abogacía en Nueva York y Washington D.C. por realizar declaraciones falsas relacionadas con las elecciones. Meadows, excongresista estadounidense, fue jefe de gabinete de la Casa Blanca desde marzo de 2020 hasta enero de 2021.
Tras las elecciones de 2020, en las que resultó ganador Joe Biden, Trump afirmó que le habían robado las elecciones.
Las personas incluidas en la lista enfrentaron cargos o acusaciones relacionadas con diversos intentos de subvertir las elecciones de 2020.
NPR informó que los indultos son en gran medida “simbólicos”, ya que los presidentes no pueden indultar a personas acusadas de delitos estatales, y ninguno de los nombres en la lista fue acusado de delitos federales.
“Decenas de personas incluidas en la lista fueron acusadas en varios estados clave que fueron el centro de acusaciones infundadas de fraude electoral, entre ellos Georgia, Nevada, Arizona y Wisconsin”, señala el informe.
Giuliani ganó especial relevancia porque fue el principal impulsor de la política de “tolerancia cero” en Nueva York durante su gestión como alcalde (1994–2001), aplicando un enfoque de seguridad urbana que priorizaba la represión de delitos menores como estrategia para reducir el crimen violento.
Es una doctrina policial que sostiene que la persecución sistemática de infracciones menores (grafitis, mendicidad, consumo de alcohol en la vía pública) previene delitos mayores.
Se basa en la teoría de las “ventanas rotas” (Broken Windows), desarrollada por James Q. Wilson y George Kelling, que propone que el deterioro visible del entorno urbano fomenta el crimen.
Implementó esta política junto al jefe de policía William Bratton, reorganizando el NYPD (Policía de Nueva York) y priorizando el control de calidad de vida.
Introdujo el sistema CompStat, que usaba estadísticas en tiempo real para asignar recursos policiales y medir resultados. Bajo su gestión los delitos violentos bajaron un 65%; los homicidios cayeron un 70%.
Nueva York pasó de ser una de las ciudades más peligrosas a una de las más seguras de EE.UU.
Sin embargo, cosechó muchas críticas: se denunció racialización del control, con detenciones masivas de afroamericanos y latinos por faltas menores. La política fue acusada de criminalizar la pobreza y fomentar abusos policiales. Aunque los índices delictivos bajaron, también lo hicieron en otras ciudades sin aplicar “tolerancia cero”, lo que relativiza su eficacia
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