El exlíder del cártel de Sinaloa Ismael “El Mayo” Zambada se declaró culpable ayer de cargos federales de narcotráfico, asegurando que lamentaba el haber ayudado a inundar a Estados Unidos con cocaína, heroína y otras sustancias ilícitas, y por haber alimentado la violencia en México.
“Reconozco el enorme daño que las drogas ilegales le han causado a personas en Estados Unidos, México y en otras partes”, dijo a través de un intérprete. “Asumo la responsabilidad de mis acciones y me disculpo con todas las personas que sufrieron o se vieron afectadas por mis actos”.
Bajo el liderazgo de Zambada y de Joaquín “El Chapo” Guzmán, el cártel de Sinaloa pasó de ser un grupo regional hasta convertirse en la organización de narcotráfico más grande del mundo, afirman los fiscales.
“Culpable”, dijo Zambada en español, al momento de presentar su declaración en un tribunal de Brooklyn, a unos 3.500 kilómetros de su estado natal de Sinaloa.
Reconoció la magnitud de la operación del cártel de Sinaloa, incluyendo subordinados que establecieron relaciones con productores de cocaína en Colombia, supervisaron la importación de cocaína a México por vía marítima y aérea y el contrabando de las drogas hacia Estados Unidos. Admitió que, desde los inicios del cártel, sus empleados pagaron sobornos a policías y mandos militares en México para operar libremente dentro del país.
“Victoria histórica”
La secretaria de Justicia de Estados Unidos, Pam Bondi, calificó la declaración de culpabilidad de Zambada como una “victoria histórica” y aseguró que el capo “morirá en una prisión federal de Estados Unidos, donde pertenece”.
Zambada fue arrestado en Texas el año pasado, hacia el final del Gobierno del expresidente Joe Biden, cuando llegó en un avión privado a un aeropuerto de Texas junto a uno de los hijos de Guzmán, Joaquín Guzmán López. Zambada ha dicho que fue secuestrado en México y llevado contra su voluntad a Estados Unidos.
Su declaración de culpabilidad -dos semanas después de que los fiscales indicaron que no buscarían la pena de muerte en su contra- se produce mientras el presidente Donald Trump y el Departamento de Justicia han intensificado su lucha contra los cárteles del narcotráfico.
La Casa Blanca declaró a los cárteles como organizaciones terroristas, desplegó activos militares frente a Venezuela y obligó al Gobierno mexicano a entregar a varias decenas de cabecillas del cártel para ser procesados en Estados Unidos.
Al salir del tribunal, el abogado de Zambada, Frank Pérez, enfatizó que el acuerdo de culpabilidad no obliga a su cliente a cooperar con los investigadores del Gobierno. Añadió que, en realidad, Zambada nunca quiso ir a juicio, y que una vez que la pena de muerte fue retirada, su “enfoque cambió a aceptar la responsabilidad y seguir adelante”.
Zambada, de 75 años, será sentenciado a cadena perpetua el 13 de enero. También se enfrenta a sanciones financieras por miles de millones de dólares. Su arresto, junto con el de Guzmán López, desató sangrientos enfrentamientos en su estado natal de Sinaloa entre sus fuerzas y los partidarios de los hijos de Guzmán, apodados “Los Chapitos”.
En la capital de Sinaloa, Culiacán, los cadáveres yacen en las calles o aparecen colgados de los pasos elevados. Los negocios cierran temprano porque la población casi no sale al caer la noche.
Compartir