En medio de la indignación internacional ante los bombardeos en la Franja de Gaza, el papa León XIV elevó su voz contra un episodio grave: el ataque del ejército israelí a la Iglesia de la Sagrada Familia, el único templo católico de ese enclave palestino. En una conversación telefónica mantenida con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el Sumo Pontífice expresó su “profunda tristeza por la agresión” y exigió un “alto el fuego inmediato”, además de la protección urgente de los lugares de culto.
El Vaticano difundió un comunicado en el que se detalla que León XIV pidió avanzar en “negociaciones que conduzcan al fin de la guerra” y manifestó su angustia por la situación humanitaria que atraviesa la población civil, especialmente los niños, los adultos mayores y los enfermos.
“El Santo Padre destacó la urgencia de proteger los lugares de culto y, en especial, a los fieles y a toda la población de Palestina e Israel”, subrayó el Vaticano. Aunque el papa no mencionó directamente al Estado de Israel, fuentes vaticanas interpretaron su tono como uno de los más severos desde el inicio del conflicto.
El sacerdote argentino herido
El bombardeo a la Iglesia de la Sagrada Familia se produjo en pleno centro urbano de Gaza, donde cientos de personas desplazadas por los combates habían encontrado refugio. Según reportes locales, un proyectil disparado por un tanque israelí impactó directamente sobre las instalaciones de la parroquia, provocando al menos cuatro muertos y una decena de heridos.
Entre los lesionados se encuentra el padre Gabriel Romanelli, sacerdote argentino y párroco del templo, quien sufrió una herida en una pierna.
Romanelli es una figura muy conocida en la región. Desde hace años realiza una labor pastoral entre la comunidad católica de Gaza, que sobrevive en medio del asedio y el aislamiento. Durante el pontificado de Francisco, el ahora fallecido papa solía comunicarse a diario con él. Esas llamadas, lejos de ser simbólicas, permitían sostener un hilo de comunicación vital con una comunidad bloqueada por la guerra.
La llegada de León XIV al Vaticano no rompió ese vínculo: el actual papa mantuvo el contacto con Romanelli y también se comunicó con el padre Carlos Ferrero, superior del Instituto del Verbo Encarnado, orden a la que pertenece el sacerdote argentino.
“La masacre debe terminar”
El Vaticano calificó el ataque a la parroquia como “injustificable” y denunció que la violencia militar está generando una “masacre inútil de inocentes”.
“Debemos hacer todo lo posible para frenar este espiral de muerte. Atacar un lugar sagrado, lleno de civiles, es un crimen moral que clama al cielo”, dijo el Santo Padre.
La respuesta del gobierno israelí fue limitada. Funcionarios del Estado hebreo afirmaron que el disparo se trató de un “error de tiro”. Sin embargo, la versión no logró calmar el repudio internacional. Organizaciones humanitarias y varios gobiernos europeos, entre ellos Italia, condenaron el hecho y reclamaron garantías para la seguridad de los civiles.
Una misión de ayuda en medio del fuego
Mientras tanto, se produjo otro hecho de gran simbolismo: el ingreso a la Franja de Gaza del cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, y del patriarca ortodoxo Teófilo III. Ambos líderes religiosos cruzaron el paso fronterizo con Egipto llevando 500 toneladas de ayuda humanitaria, que incluyen alimentos, medicinas y suministros médicos.
El papa León XIV los llamó antes y después de su ingreso, profundamente preocupado por la seguridad de la delegación, y les expresó su apoyo ante la difícil misión que encabezan.
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