Máxima Zorreguieta no para un segundo. Junio fue un verdadero rally para la reina de los Países Bajos, que combinó glamour, política de alto vuelo y la vida familiar. Arrancó el mes con una visita de Estado a la República Checa, siguió con actos oficiales en su país, y hasta ofició de anfitriona en la imponente cumbre de la OTAN celebrada en el Palacio Huis ten Bosch, en La Haya.
Allí recibió ni más ni menos que a figuras como Donald Trump, Emmanuel Macron y Volodímir Zelenski, dejando en claro que puede moverse con la misma soltura entre presidentes y reyes, o entre diseñadores y paparazzis.
Pero si alguien pensaba que julio venía más tranquilo, Máxima se encargó de despejar cualquier duda. Arrancó el mes metiéndose de lleno en una visita muy especial: se presentó en el hospital universitario Radboudumc, en la ciudad de Nimega, provincia de Güeldres.
¿La razón? Conocer de cerca cómo esta institución médica trabaja para reducir el impacto ambiental de sus procesos. Radboudumc es pionero en sostenibilidad y reciclaje, un tema que la reina sigue muy de cerca. Máxima no se limitó a saludar desde un despacho: recorrió quirófanos, conversó con médicos, investigadores y estudiantes, y hasta se metió en el depósito de residuos. ¡Una royal dispuesta a todo!
El look “hospitalario”
Claro que, para adentrarse en los pasillos del hospital, hubo que cumplir con el protocolo sanitario. Así fue como la reina argentina se calzó un ambo celeste y una cofia violeta que la transformaron en toda una doctora Máxima.
Compartir