El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, despidió a Elon Musk de su cargo al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una iniciativa que generó controversia por los despidos masivos y el cierre de agencias clave dentro de la burocracia federal. La salida de Musk, quien regresará a sus negocios privados como Tesla, SpaceX y la red social X, se produjo en una reunión en la Oficina Oval, donde Trump agradeció su papel en la transformación gubernamental.
En el encuentro, el presidente Trump le atribuyó a Musk "un cambio colosal en las viejas formas de hacer negocios en Washington", destacando la impronta que dejó en la administración.
Si bien parte del personal de Musk permanecerá en la Administración, su gestión en el DOGE dejó una marca dolorosa para miles de empleados federales que fueron despedidos o expulsados de sus puestos.
La gestión de Musk incluyó la eliminación de importantes funciones gubernamentales, entre ellas la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que históricamente proporcionó asistencia vital a poblaciones empobrecidas en todo el mundo. Investigadores de la Universidad de Boston estimaron que, como consecuencia de estos recortes, cientos de miles de personas ya perdieron la vida, lo que puso en el centro de la polémica el impacto humanitario de las políticas implementadas por el DOGE.
En un gesto de reconocimiento por su "gran trabajo", Trump le obsequió a Musk lo que parecía ser una llave dorada, un presente que, según el presidente, solo concede a "personas muy especiales".
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