El gobierno argentino resolvió reforzar la seguridad en una ciudad fronteriza de la provincia norteña Misiones por el accionar de los grupos armados brasileños Primer Comando Capital (PCC) y Comando Rojo.
A través de una resolución publicada ayer en el Boletín Oficial, el Ministerio de Seguridad informó la creación de un comando unificado, integrado por efectivos de diversas fuerzas, que permanecerá al menos 180 días en el lugar para garantizar la seguridad en 25 kilómetros lineales de la frontera con Brasil.
Según el Gobierno argentino, la ciudad de Bernardo de Irigoyen -de 35.000 habitantes- se ha convertido “en un punto estratégico para el tráfico de drogas” y de armas por la actividad de bandas criminales que operan en la zona influenciadas por esos grupos armados brasileños.
Se trata de un área que presenta un constante flujo de personas -alrededor de 1.000 por día- y mercancías, tanto legales como ilegales, a través de pasos no controlados.
“Las diferencias en los precios de productos entre ambos países incentivan el contrabando, particularmente de cigarrillos, electrodomésticos, alimentos, vinos y ganado”, indicó la resolución.
De acuerdo con el Gobierno argentino, la presencia de estos grupos ha dado lugar a delitos como el sicariato, la trata de personas y ajustes de cuentas entre bandas.
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