El papa Francisco, convaleciente tras una grave neumonía que puso en peligro su vida, dará su tradicional bendición “Urbi et Orbi” (a la ciudad de Roma y al mundo) desde el balcón de la basílica de San Pedro el domingo de Pascua, el 20 de abril, según anunció ayer el Vaticano. La Santa Sede no precisó sin embargo si el pontífice argentino, de 88 años, podría presidir las otras celebraciones, una hipótesis poco probable teniendo en cuenta el cargado programa de la Semana Santa.
Tras cinco semanas de hospitalización en Roma, Francisco regresó el último domingo al Vaticano, donde prosigue su convalecencia de al menos dos meses, con terapias de reeducación motriz y respiratoria, y sin actividades públicas.
La frágil salud del jesuita, al que se lo vio debilitado y con voz temblorosa a la salida del hospital Gemelli, suscitó dudas entre los fieles sobre su presencia en los actos de Pascua, la fiesta más importante del año para los católicos.
Aunque la Santa Sede indicó que se llevarían a cabo las celebraciones de Pascua, como el Vía Crucis en el Coliseo de Roma, no precisó quién presidiría los actos.
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