El papa Francisco participó de manera remota en un retiro espiritual del Vaticano ayer después de recibir buenas noticias de sus doctores: mejoraron su pronóstico y dicen que ya no está en peligro inminente de muerte como resultado de la neumonía bilateral que lo ha mantenido hospitalizado durante casi un mes, la amenaza más larga y grave para su papado de 12 años.
Pero el pontífice argentino, de 88 años, no ha superado aún la crisis. Los médicos siguen cautos y han decidido que siga hospitalizado varios días más para recibir tratamiento, sin mencionar el período de rehabilitación que probablemente necesitará.
Los doctores afirmaron que se mantiene estable y ha consolidado mejoras en los últimos días, según los análisis de sangre y su buena respuesta al tratamiento. Francisco, que padece una enfermedad pulmonar crónica, sigue utilizando oxígeno suplementario durante el día y una máscara de ventilación por la noche para ayudarlo a respirar.
En un parte emitido ayer a la mañana, el Vaticano indicó que Francisco reanudó su fisioterapia física y respiratoria tras una noche tranquila. Como signo de la mejoría de su salud, Francisco también siguió el retiro espiritual vaticano de una semana a través de videoconferencia por tercer día, y pasó algún tiempo en oración en su capilla privada, indicó la Santa Sede.
“Realmente me hace feliz, porque estábamos tristes, ya que parecía que no se estaba recuperando”, dijo la hermana María Letizia Salazar, una monja que estaba rezando por Francisco fuera del hospital Gemelli. “Pero ahora que tengo esta noticia, estoy muy feliz”.
Esta semana también incluye algunos aniversarios importantes para Francisco: ayer se cumplieron 67 años de su entrada en el noviciado de la orden religiosa de los jesuitas, y mañana jueves será el 12º aniversario de su elección como Papa.
El lunes los médicos retiraron su pronóstico “reservado” para Francisco, al determinar que ya no corría riesgo su vida por la infección respiratoria original con la que llegó al centro el 14 de febrero.
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