
Guerra comercial: represalias de China, México y Canadá contra EE.UU.
Los tres países impactados por los aranceles de Trump ya anunciaron medidas recíprocas. Crece el temor por la suba de precios.
La guerra comercial desatada por los aranceles aplicados por el presidente Donald Trump a algunos de sus principales socios comerciales se profundizó ayer con la entrada en vigor de los impuestos, y las represalias anunciadas por China, Canadá y México.
Los mercados bursátiles, sobre todo en EE.UU., acusan desde hace días el impacto de estas medidas proteccionistas que según los analistas constituyen los aranceles más altos desde la década de 1940.
Los productos importados de Canadá y México, socios de EE.UU. en el acuerdo de libre comercio de América del Norte T-MEC, tendrán aranceles del 25%. Eso puede suponer aumentos de precios en productos básicos como la palta, de otros como la cerveza o el tequila, e incluso de autos producidos en suelo mexicano. En el caso de China, la suba de aranceles es del 20%.
Trump presionó con los gravámenes para que Canadá y México aumenten la vigilancia de sus fronteras. Ambos países tomaron medidas en el último mes, pero no dejaron contento al magnate republicano, que ratificó los aranceles.
Las reacciones no se hicieron esperar. “Hemos decidido responder con medidas arancelarias y no arancelarias que anunciaré en el Zócalo (plaza pública) el próximo domingo”, declaró la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum.
México entregó la semana pasada a Estados Unidos a algunos de los capos de la droga encarcelados más conocidos y desplegó a miles de militares en la frontera, en un intento de evitar los aranceles. “Lo hemos dicho de diferentes formas, cooperación y coordinación sí, subordinación e intervencionismo no. A México se le respeta”, enfatizó Sheinbaum.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, avisó por su parte que su país “responderá” a partir de hoy “aplicando gravámenes del 25% sobre 155.000 millones de dólares en bienes estadounidenses”. Y fue mucho más allá al considerar que Trump busca socavar “la economía canadiense” para luego “hablar de la anexión” del país.
Trudeau estimó que se trata de una decisión “estúpida” del presidente estadounidense y reiteró que nada “justifica” estas medidas. Trump, por su lado, amenazó con escalar aún más las tarifas.
“Si (Ottawa) responde a un arancel de EE.UU., nuestros aranceles recíprocos aumentarán de inmediato en igual proporción”, escribió en un mensaje dirigido a Trudeau, al que llama “gobernador”, el título que tendría si Canadá es anexado a EE.UU..
Los aranceles afectarán a más de 918.000 millones de dólares en importaciones estadounidenses de Canadá y México. Y la preocupación de la población es patente. En la localidad canadiense de Windsor, situada frente a Detroit, con 250.000 habitantes y corazón de la industria automovilística canadiense, los locales se sienten traicionados por su vecino. “Estamos todos aterrorizados”, declaró Joel Soleski, de 26 años, empleado del gigante automovilístico Stellantis, quien teme ser despedido.
El fabricante es uno de los más expuestos a estos aranceles, según un informe de Moody’s: el 40% de sus coches vendidos en Estados Unidos (bajo las marcas Ram, Fiat, Dodge o Chrysler) se fabrican en Canadá y México.
En México, en el puerto fronterizo de Otay, decenas de choferes de camiones hacían fila ayer para cruzar a EE.UU., algunos con sus vehículos cargados y otros vacíos para recoger mercancía y llevarla posteriormente a México.
Choferes entrevistados refirieron una baja en el número de viajes hacia la vecina San Diego, porque el 50% de las empresas de Tijuana exportan material chino. Y como los aranceles también son hacia China, baja el trabajo para las compañías de transporte. “Ahora solamente estamos trayendo madera” desde EE.UU., contó Jonathan Figueroa, de 26 años, chofer de una empresa que perdió a uno de sus principales clientes que decidió reubicar su compañía de paneles solares en el país vecino.
El rugido del gigante asiático
Trump subió también en 20% los aranceles a China. Y Beijing respondió de inmediato, anunciando que impondrá gravámenes suplementarios del 10 y el 15% a varias importaciones alimentarias de Estados Unidos como la soja, el trigo o el pollo.
“Si Estados Unidos (...) persiste en elevar una guerra arancelaria, una guerra comercial, o cualquier otro tipo de guerra, China lo combatirá hasta el final”, dijo un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Lin Jian.
Washington reprocha a China su “incapacidad” para “combatir la avalancha de fentanilo”, un opioide sintético que mata a decenas de millas de personas al año en Estados Unidos.
Los especialistas temen que las medidas de Trump alimentan presiones inflacionarias en EE.UU.