
El Papa sufrió nuevas crisis respiratorias y necesitó de máscara de oxígeno
Los médicos le extrajeron una “copiosa” cantidad de mocosidad de sus pulmones. Sigue en estado reservado.
El papa Francisco sufrió ayer dos nuevos episodios de crisis respiratoria aguda, y lo pusieron nuevamente en ventilación mecánica no invasiva, en otro contratiempo en su batalla para combatir la neumonía.
Los médicos extrajeron “copiosas” cantidades de mocosidad de sus pulmones durante dos broncoscopias; le introdujeron un tubo con cámara en sus vías respiratorias con un aspirador en la punta para succionar el líquido. El Vaticano dijo que el moco era la reacción de su cuerpo a la infección original de neumonía y no una nueva infección, dado que las pruebas de laboratorio no indican ninguna nueva bacteria.
Francisco permaneció alerta, orientado y cooperó con el personal médico. El pronóstico sigue siendo reservado. Los médicos no dijeron si permanecía en condición estable, aunque se refirieron a las crisis en tiempo pasado, lo que sugiere que ya habían terminado. Las crisis fueron un nuevo contratiempo en lo que se ha convertido en una batalla de más de dos semanas para el pontífice de 88 años, quien padece de enfermedad pulmonar crónica y a quien, de joven, le extrajeron parte de un pulmón, para superar una infección respiratoria compleja.
El doctor John Coleman, un médico de cuidados críticos pulmonares en Northwestern Medicine en Chicago, dijo que los episodios eran más preocupantes que el del viernes pasado, cuando Francisco tuvo un ataque de tos, inhaló algo de vómito que necesitó extraerse y luego fue puesto en ventilación mecánica no invasiva por un día, ya que después no la necesitó.
Con máscara de oxígeno
En una actualización sobre el estado de salud del Papa anoche, el Vaticano dijo que los episodios fueron causados por una “acumulación significativa” de moco en sus pulmones y espasmos bronquiales. Esas secreciones fueron extraídas durante las broncoscopias y el Papa fue puesto nuevamente bajo ventilación mecánica no invasiva, es decir, se le colocó una máscara que cubre su nariz y boca y bombea oxígeno a los pulmones, informó la Santa Sede.
Francisco, quien no es físicamente activo, usa una silla de ruedas y tiene sobrepeso, había estado recibiendo fisioterapia respiratoria para intentar mejorar la función pulmonar. Pero la acumulación de secreción en sus pulmones era una señal de que no tiene el tono muscular para toser lo suficientemente fuerte como para expulsar el líquido.
El Vaticano no ha publicado fotos ni videos de Francisco desde antes de que ingresara al hospital el 14 de febrero con una infección pulmonar compleja. Esta se ha convertido en la ausencia más prolongada en su papado de 12 años.
El Vaticano ha defendido la decisión de Francisco de recuperarse en paz y fuera de la vista pública. Pero ayer, uno de los amigos más cercanos de Francisco en el Vaticano, el arzobispo Vincenzo Paglia, lo instó a dejar que su voz se escuchara, diciendo que el mundo necesita oírla.
“Necesitamos hombres como él que sean verdaderamente universales y no solo unilaterales”, dijo Paglia, hablando después de una conferencia de prensa para lanzar la asamblea anual de su Pontificia Academia para la Vida, la academia de bioética del Vaticano, que tiene como tema de este año “¿El fin del mundo?”.
Francisco escribió un mensaje a la asamblea en el que lamentó que las organizaciones internacionales sean cada vez más ineficaces para combatir las amenazas que enfrenta el mundo y estén siendo socavadas por “actitudes miopes preocupadas por proteger intereses particulares y nacionales”. Estaba fechado el 26 de febrero y firmado “desde el Policlínico Gemelli”.
Los médicos a menudo usan ventilación no invasiva para evitar una intubación, o el uso de ventilación mecánica invasiva. Francisco no ha sido intubado durante esta hospitalización. No está claro si ha proporcionado alguna directiva anticipada sobre los límites de su cuidado si decae o pierde la conciencia.
La enseñanza católica sostiene que la vida debe ser defendida desde la concepción hasta la muerte natural. Insiste en que los pacientes con enfermedades crónicas, incluidos aquellos en estado vegetativo, deben recibir cuidados “ordinarios” como hidratación y nutrición, pero los cuidados “extraordinarios” o desproporcionados pueden suspenderse si ya no son beneficiosos o solo prolongan una vida precaria y dolorosa.
Francisco articuló eso en una reunión del cuerpo de bioética de Paglia en 2017, diciendo que no había “obligación de recurrir en todas las circunstancias a todos los remedios posibles”.
Añadió: “Esto hace posible una decisión que se califica moralmente como retirada de ‘tratamiento excesivo’”. Paglia, cuya oficina ayuda a articular la posición de la Iglesia sobre el cuidado al final de la vida, dijo que Francisco es como cualquier otro católico y seguiría la enseñanza eclesiástica si se llegara a eso. “Hoy el Papa nos está dando una enseñanza extraordinaria sobre la fragilidad”, añadió.