El enfrentamiento abierto entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelensky, en la Casa Blanca el viernes provocó una gran manifestación de apoyo de los líderes europeos a Zelensky y su país.
"Su dignidad honra la valentía del pueblo ucraniano. Sean fuertes, sean valientes, sean intrépidos. Nunca están solos", dijo la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, en la red social X, y agregó: "Seguiremos trabajando con ustedes por una paz justa y duradera".
A su turno, el canciller alemán, Olaf Scholz, escribió en X que "nadie quiere la paz más que los ucranianos. Por lo tanto, estamos trabajando en un camino común hacia una paz justa y duradera. Ucrania puede confiar en Alemania... y en Europa".
"Hace tres años hicimos bien en ayudar a Ucrania y sancionar a Rusia, y seguimos haciendo", dijo el presidente francés, Emmanuel Macron, pidiendo respeto por quienes han estado luchando desde el principio.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, dijo: "Queridos amigos ucranianos, no están solos". La presidenta eslovena, Natasa Pirc Musar, dijo que su país "defiende los principios y el respeto del derecho internacional y las relaciones internacionales", y señaló que "lo que presenciamos en el Despacho Oval socava estos valores y los fundamentos de la diplomacia".
El primer ministro checo, Petr Fiala, dijo: "Estamos con Ucrania más que nunca. Es hora de que Europa intensifique sus esfuerzos". El primer ministro croata, Andrej Plenkovic, escribió que su país "sabe por experiencia propia que solo una paz justa puede durar. El Gobierno croata se mantiene firme en su creencia de que Ucrania necesita esa paz, una paz que signifique soberanía, integridad territorial y una Europa segura".
Otros líderes europeos se unieron para defender a Ucrania en mensajes similares, entre ellos la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, el taoiseach irlandés, Micheal Martin, el presidente lituano, Gitanas Nauseda, la presidenta moldava, Maia Sandu, el primer ministro noruego, Jonas Gahr Store, y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.
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