El destituido presidente surcoreano Yoon Suk Yeol fue enviado a un centro de detención cerca de Seúl anteanoche, después de ser interrogado por funcionarios anticorrupción que lo tomaron bajo custodia por su imposición de la ley marcial el mes pasado.
Yoon fue detenido en un gran operativo de las fuerzas del orden en el complejo presidencial. Yoon insistió desafiante en que la agencia anticorrupción del país, que lideró la redada con la policía, no tenía autoridad para investigar sus acciones, pero dijo que cumplió para evitar la violencia.
Yoon, el primer presidente en ejercicio del país en ser detenido, ahora enfrenta la perspectiva de una larga pena de prisión por posibles cargos de rebelión. En un video grabado poco antes de ser escoltado a la sede de la agencia anticorrupción,
Yoon lamentó que “el Estado de derecho ha colapsado totalmente en este país”. Yoon había estado atrincherado en la residencia de Hannamdong en la capital, Seúl, durante semanas mientras prometía “luchar hasta el final” contra los esfuerzos para destituirlo.
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