El papa Francisco recibió en el Vaticano al presidente del Estado de Palestina, Mahmoud Abbas, tras la polémica por el pesebre navideño. Presidió su audiencia general semanal el miércoles junto a un pesebre, elaborado por artesanos palestinos, que carecía del elemento llamativo que recorrió las redes sociales el fin de semana anterior: un pesebre cubierto con una kufiya, o pañuelo palestino, que sostenía al niño Jesús.
El pesebre de madera, colocado en la principal sala de audiencias del Vaticano, llegó a los titulares cuando se reveló el 7 de diciembre debido a la presencia de la kufiya, el pañuelo a cuadros blancos y negros que se ha convertido en un potente símbolo de la causa palestina.
Al reiterar la condena de todas las formas de terrorismo, se subrayó la importancia de alcanzar la solución de dos Estados sólo a través del diálogo y la diplomacia, garantizando que Jerusalén, protegida por un estatuto especial, pueda ser un lugar de encuentro y amistad entre las tres grandes religiones monoteístas.
Luego de una conversación privada de 30 minutos, el Papa le regaló a Abbas la pieza de bronce de una flor que nació con la inscripción “La paz es una flor frágil” y unos volúmenes de documentos papales.
Este viernes, se reunirá con el primer ministro libanés Najib Mikati. Se trata de encuentros centrales para la diplomacia vaticana.
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