El ejército de Israel prometió que continuará asestando “duros golpes” a Hezbolá en Líbano, donde sus tropas sostienen combates terrestres apoyados por ataques con aviones contra milicianos del movimiento islamista.
Tras una ofensiva de intensos bombardeos contra la organización proiraní en Líbano, que abatió a varios dirigentes de Hezbolá y dejó más de 1.000 muertos en todo el país, según fuentes libanesas, el ejército israelí inició el lunes incursiones terrestres en el sur.
La aviación israelí atacó ayer “el cuartel general de inteligencia” del movimiento, en las afueras de la capital libanesa, anunció el ejército. Hezbolá afirmó en tanto que un bombardeo golpeó un depósito cerca del aeropuerto de Beirut.
Casi un año después del estallido de la guerra en la Franja de Gaza, desencadenada por el ataque del grupo palestino Hamás el 7 de octubre de 2023 en suelo israelí, Israel anunció a mediados de septiembre que el “centro de gravedad” del conflicto se desplazó hacia el norte, en la frontera libanesa.
Israel afirma que busca debilitar a Hezbolá - que inició hostilidades contra Israel en apoyo a su aliado Hamás en octubre del año pasado - para permitir el retorno de decenas de miles de personas desplazadas.
El jefe del Estado Mayor israelí, el general Herzi Halevi, prometió que sus fuerzas seguirán atacando las posiciones de Hezbolá y no permitirán que el movimiento islamista se vuelva a “asentar” en el sur de Líbano. “Los duros golpes contra Hezbolá (...) van a continuar”, afirmó el general en un discurso televisado.
El ejército libanés afirmó ayer que, por primera vez desde hace un año, respondió a disparos israelíes en el sur de Líbano tras la muerte de dos de sus soldados.
TEMOR A UNA ESCALADA
El temor a una escalada del conflicto en Medio Oriente se intensificó después de que el martes Irán lanzara casi 200 misiles contra Israel y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, prometió que la República Islámica pagará por su “gran error”.
Los dirigentes de los países del G7 -Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Japón y Reino Unido- expresaron “su profunda preocupación por el deterioro de la situación en Medio Oriente”. “Un peligroso ciclo de ataques y represalias corre el riesgo de atizar una escalada incontrolable”, advirtieron.
Irán dijo que actuó en respuesta al asesinato del jefe de Hezbolá, Hasán Nasralá, el 27 de septiembre en un bombardeo israelí cerca de Beirut, y a la muerte del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, abatido el 31 de julio en un ataque con explosivos en Teherán atribuido a Israel.
El presidente de EE UU, Joe Biden, declaró que está en conversaciones con Israel sobre la posibilidad de atacar las instalaciones petroleras iraníes, lo que impulsó los precios del crudo.
Antes del amanecer, las tropas israelíes bombardearon un centro de atención de emergencia gestionado por Hezbolá en pleno centro de Beirut, matando al menos a siete personas, según el grupo. El ejército israelí anunció ayer que mató a 15 combatientes de Hezbolá en un bombardeo nocturno contra un “edificio de la alcaldía de Bint Jbeil” donde afirmó que “estaban almacenadas grandes cantidades de armas” de la milicia.
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