Migrantes y la frontera: las posturas de Harris y Trump
El candidato republicano amenaza con eliminar los programas migratorios, mientras que la candidata demócrata busca puntos de contacto en el límite con México.
Kamala Harris fue a la frontera con México para intentar anotarse puntos en inmigración, un tema en el que Donald Trump parece llevar ventaja pese a amenazar con deportaciones masivas y con cancelar “vías legales” para emigrar a Estados Unidos creadas por los demócratas.
De hecho, el expresidente y candidato republicano a la Casa Blanca volvió a sacar músculo. Calificó a su rival demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, de “incompetente, débil e ineficaz” y la acusó de ir a la frontera “para tratar de convencer a la gente de que no es tan mala”.
Volvió a acusar a los demócratas de una “repentina y asfixiante inundación de inmigrantes ilegales. Es una inundación. Es una invasión”, afirmó.
“Ellos infectan nuestro país”, dijo Trump, que en el pasado ya acusó a los migrantes “de envenenar la sangre” de Estados Unidos.
El millonario de 78 años arremetió duramente contra dos vías creadas por el gobierno del presidente Joe Biden para emigrar al país: pedir cita a través de una aplicación de teléfono móvil (CBP One) y un programa que permite a 30.000 cubanos, venezolanos, haitianos y nicaragüenses llegar a Estados Unidos cada mes si cuentan con un patrocinador en el país que cubra sus gastos.
“Kamala creó un programa completamente nuevo para traer en avión a los inmigrantes de Venezuela, Haití y Nicaragua, y los instalamos en comunidades estadounidenses”, en particular en Pensilvania, Wisconsin y Carolina del Norte, afirmó citando tres de los siete estados que probablemente decidirán el resultado de las elecciones del 5 de noviembre.
“Ha permitido que una cantidad prácticamente ilimitada de inmigrantes ilegales presionen un botón, programen su cita de inmigración ilegal en nuestros puertos de entrada y se presenten para ser liberados en el interior de nuestro país”, añadió.
La retórica migratoria de Trump no es nueva pero en los últimos mítines ha apuntado a medidas concretas, para restar credibilidad a su contrincante en un terreno donde ella intenta ganar confianza. El viaje a la frontera de Harris fue el primero desde que en julio Biden pasó el testigo a Harris en la carrera por la Casa Blanca.
En Douglas, Arizona, un estado del suroeste de Estados Unidos muy disputado en los comicios, Harris pidió medidas de seguridad más estrictas. Además, prometió reforzar el número de agentes y desplegar más equipos para detectar fentanilo, un opiáceo sintético que causa estragos en Estados Unidos.
La demócrata de 59 años también hizo hincapié en “la falta de respuesta de Donald Trump al desafío (de la migración) cuando era presidente y sus recientes maniobras para torpedear soluciones apoyadas por ambos partidos.
Las presiones de Trump
Trump presionó para que los congresistas republicanos bloquearan un proyecto de ley bipartidista que habría endurecido la política migratoria estadounidense.
“Cerrar la frontera”
Harris “debería haber ahorrado su pasaje de avión y volver a la Casa Blanca para decirle al presidente que cierre la frontera; puede hacerlo con solo una firma”, declaró Trump, que la llama “la zarina” porque Biden la dejó a cargo de combatir las raíces de la inmigración irregular.
Harris rechaza “la falsa idea de que hay que elegir entre garantizar la seguridad de la frontera y crear un sistema de migración seguro, organizado y humano”.
“¿Por qué no lo hizo? Tiene planes para el futuro. ¿Por qué no lo hizo? Lleva allí (en la Casa Blanca) casi cuatro años”, se preguntó Trump.
Los republicanos reprochan a Biden que haya esperado hasta junio pasado para cerrar la frontera con México a los migrantes que solicitan asilo cuando haya más de 2.500 cruces irregulares en el promedio de siete días.
Según las encuestas los estadounidenses confían más en Trump que en Harris para hacer frente a la migración ilegal.
El multimillonario, que recientemente difundió el bulo de que migrantes haitianos comen perros y gatos en una localidad estadounidense, no pierde ocasión de acusar a los demócratas de la “estafa migratoria” y a los migrantes en situación irregular de casi todos los males, incluso de “quitar los puestos de trabajo” a los afroestadounidenses y los latinos.