El Papa Francisco llegó ayer a Indonesia, el país con la mayor población musulmana del mundo, en el inicio de una exigente gira por el sudeste asiático y Oceanía que será la más larga realizada por el pontífice argentino de 87 años en sus once años de papado. El avión papal despegó de Roma el lunes y, tras un vuelo de 13 horas, aterrizó en Yakarta, en la primera parada de un viaje que lo llevará también a Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur.
Con 32.000 km a recorrer en 12 días, la gira es un desafío físico para la frágil salud de Francisco que, sin embargo, en las últimas semanas se mostró en aparente buena forma. “Les agradezco por venir en este viaje, gracias por la compañía. Creo que es uno de los vuelos más largos que he hecho”, dijo a los reporteros en el avión. El pontífice, que dedicó el día de ayer al descanso, desembarcó de la aeronave en silla de ruedas y fue recibido por una guardia de honor, altos cargos indonesios y dos niños con un ramo de flores.
Tras la bienvenida, Jorge Bergoglio subió a un modesto sedán Toyota blanco que lo trasladó a la Nunciatura Apostólica de la Santa Sede en Yakarta donde se encontró con huérfanos, migrantes y personas sin hogar, según el Vaticano. Hoy miércoles será recibido en el palacio presidencial por el presidente saliente de Indonesia, Joko Widodo, quien ayer declaró que “se trata de una visita histórica (...) Indonesia y el Vaticano tienen un compromiso similar a favor de la paz y la fraternidad”. En Indonesia, el cuarto país más poblado del mundo, sólo un 3% de la población (unas 8 millones de personas) profesa la fe católica, contra un 87% (242 millones) de musulmanes. Sin embargo, el catolicismo es una de las seis religiones reconocidas en este país secular junto al protestantismo, el budismo, el hinduismo y el confucianismo.
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