Internacionales
BUSCA EVITAR EL TRÁFICO DE PERSONAS

Brasil endurece las reglas migratorias tras convertirse una ruta ilegal a EE. UU.

La decisión busca evitar el tráfico de personas.

Brasil endureció los requisitos para ingresar a su territorio, tras haberse convertido en ruta ilegal de migrantes hacia Estados Unidos y Canadá a través de su gran aeropuerto internacional de San Pablo. El país “se convirtió en una ruta para organizaciones criminales que se dedican al contrabando de inmigrantes y tráfico de personas”, afirmó el Ministerio de Justicia en un informe. 

La Policía Federal detectó un aumento “exponencial” de viajeros que hacen escala en el aeropuerto de Guarulhos y, en lugar de continuar el viaje al destino final de sus pasajes, se quedan para intentar entrar a Brasil. 

Esto ha hecho que cientos de personas permanezcan hacinadas en el área de tránsito, lo que ha suscitado acusación de violaciones de derechos humanos, especialmente luego de la muerte de un migrante que se sintió mal en el recinto. 

Los migrantes son oriundos principalmente de países asiáticos y tienen pasajes con destino final a otros países sudamericanos. Según las autoridades, “son instruidos por organizaciones criminales a solicitar refugio para ingresar a territorio brasileño”, a sabiendas de que no permanecerán ahí.

Luego continúan por tierra hacia Colombia, donde atraviesan la frontera a Panamá por la peligro sa selva del Darién. 

“El objetivo de estos viajeros no es solicitar protección al Estado brasileño a través del instituto de refugio, sino seguir una ruta rumbo al norte de América, principalmente hacia Estados Unidos y/o Canadá”, sostiene el ministerio. 

 

Nuevos requerimientos 

Desde ahora, se requerirá visa a quienes se dispongan a viajar a un tercer país en un vuelo con conexión en Brasil.

Las nuevas reglas también obligarán a los solicitantes de refugio a demostrar que sufren persecución política o violencia en sus países de origen, algo que hasta ahora no ocurriría. 

Guarulhos, que sirve a la megalópolis de San Pablo, es uno de los aeropuertos con mayor tráfico de pasajeros de Latinoamérica, con 35 millones anuales. Los migrantes que arriban allí deben permanecer en un área restringida mientras tramitan sus solicitudes de refugio, lo que puede demorar semanas. Según datos oficiales, en 2013 hubo 69 pedidos de refugio en este aeropuerto, un número que se multiplicó por más de 60 en una década, para alcanzar 4.239 en 2023. 

De enero a julio de este año, fueron 5.428 solicitudes, 25 días en promedio. La cifra se disparó aún más en agosto: 864 hasta el miércoles pasado, un promedio de 41 por día.