Alain Delon, “monumento francés”, como lo llamó el presidente Emmanuel Macron, murió el domingo, y parece que los franceses, a pesar de los líos familiares del actor, podrán decirle adiós honrando su carácter de leyenda: la desaparición del astro del cine francés que provocó una lluvia de homenajes en todo el mundo, desde Italia hasta Japón, por lo que los hijos del galán, peleados hasta ayer nomás, decidieron poner de lado sus diferencias y organizar los funerales.
Anthony, Anouchka y Alain Fabien Delon, sus tres hijos, están enemistados desde hace años, pero el domingo, tras la muerte de Delon, se pusieron de acuerdo para anunciar conjuntamente la muerte del actor a la agencia de noticias francesa AFP, después de meses de desacuerdos en torno a los cuidados médicos de su padre y hasta una serie de judicializaciones.
Recluido en la soledad de su mansión, aquejado de varias enfermedades y con posiciones políticas o sociales que provocaban polémica, Delon había expresado repetidas veces que lo único que deseaba era ser enterrado en su propiedad de La Brulerie, en Douchy (centro de Francia) donde falleció, cerca de sus perros.
Ya había “iniciado los trámites administrativos para ello”, precisó Christophe Hurault, subprefecto de Loiret, indicando que ya se “había dado un acuerdo de principio”. Subsiste la incógnita sobre algún tipo de homenaje nacional, como ya sucedió con su gran amigo Jean-Paul Belmondo, fallecido en 2021.
Pero aunque haya acuerdo por los funerales, la polémica en torno a Delon no cesa. La mujer que lo cuidó durante décadas, Hiromi Rollin, expulsada del domicilio en 2023, acusó en el diario Le Figaro a los hijos de haberle impedido “decirle adiós” al actor. Rollin, que fue acusada formalmente de maltrato, se declaró “devastada” por la muerte de Delon.
Mientras tanto, ayer frente a la propiedad de Delon en Douchy, los fans desfilaron durante todo el domingo para despedirse de su estrella. “En nuestra mente, creemos que estas íconos son eternos. Es muy triste”, confió Marie Arnold, una habitante de la región, que vino a dejar flores con su hermana Michèle, que confesó que lloraba “una parte de (su) juventud que se va”. Las autoridades prohibieron cualquier tipo de vuelo sobre la finca hasta el miércoles.
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