Las iniciativas diplomáticas se multiplicaron ayer ante el riesgo de una escalada que incendie Medio Oriente, en momentos en que Irán y sus aliados, principalmente en el Líbano, preparan una respuesta a asesinatos de dirigentes islamistas atribuidos o reivindicados por Israel.
Israel se prepara para ese eventual conflicto en su frontera norte mientras prosigue su ofensiva en Gaza, donde bombardeó un complejo educativo que albergaba a desplazados, matando a 30 personas, según la Defensa Civil del territorio palestino.
El G7 expresó su “gran preocupación por los recientes acontecimientos que amenazan con acarrear una regionalización de la crisis, empezando por el Líbano”, indicó el ministro italiano de Relaciones Exteriores, Antonio Tajani, tras una videoconferencia con sus pares de ese club de las principales potencias occidentales.
El presidente francés, Emmanuel Macron, y el rey Abdalá II de Jordania subrayaron en una conversación telefónica “la necesidad de evitar a toda costa una escalada militar regional” y “llamaron a todas las partes a abandonar la lógica de las represalias”, indicó la presidencia francesa en un comunicado.
El canciller jordano, Ayman Safadi, mantuvo conversaciones en Irán, informaron los medios iraníes.
Fue recibido por el presidente Masud Pezeshkian, quien volvió a imputar a Israel el asesinato en Teherán del jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, y a prometer venganza por esa acción “grave” y “descarada”, según reportó la agencia oficial de noticias IRNA.
Después de Estados Unidos y Reino Unido, Francia también pidió a sus ciudadanos salir “lo antes posible” de Líbano, confrontado a “un contexto de seguridad muy volátil”. Arabia Saudita, Suecia y Jordania tomaron disposiciones similares.
En el aeropuerto de Beirut, se formaron largas colas de personas que decidieron partir tras esos llamamientos o cuyos vuelos fueron cancelados.
Muchas familias con niños tratan de buscar por estas horas un rincón para dormir, mientras vigilan los anuncios de despegues, sobre todo hacia Estambul, El Cairo y Ammán.
“Todas las posibilidades”
Irán, el movimiento islamista palestino Hamás, en el poder en Gaza, y el grupo libanés Hezbolá acusaron a Israel del asesinato de Haniyeh, cometido el miércoles pasado en Teherán.
Israel no comentó esa operación, que se produjo unas horas después de que un bombardeo -que sí reivindicó el Estado hebreo- matase en un suburbio de Beirut al jefe militar de Hezbolá, Fuad Shukr.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, amenazó a Israel con un “castigo severo” y el líder de Hezbolá, Hasan Nasrallah, habló de una “respuesta inevitable”.
La representación de Irán ante la ONU dijo esperar que Hezbolá ataque en “profundidad” el territorio israelí y que no se limite a objetivos militares.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró que su país “está en un alto nivel de preparación para cualquier escenario, tanto defensivo como ofensivo”.
Estados Unidos, principal aliado de Israel, se está preparando para “todas las posibilidades”, afirmó el asesor adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jon Finer.
“El Pentágono está movilizando medios significativos hacia la región para prepararse para lo que podría ser nuevamente la necesidad de defender a Israel”, y el Gobierno intenta “desescalar esta situación, pues no creemos que una guerra regional sea de interés de nadie en este momento”, agregó.
Cabe recordar que Estados Unidos movilizó más barcos de guerra y aviones de combate para proteger a sus tropas y a su aliado Israel de amenazas iraníes y de grupos sostenidos por Teherán, como Hamás y Hezbolá.
Cohetes y puñales
Hezbolá e Israel protagonizan duelos casi diarios de artillería desde el 8 de octubre, al día siguiente del inicio de la guerra en Gaza entre Israel y Hamás.
El sábado por la noche, Hezbolá afirmó haber disparado decenas de cohetes por primera vez hacia la ciudad de Beit Hillel, en el norte de Israel.
El ejército israelí indicó que se dispararon 30 proyectiles desde el Líbano y que logró interceptar la mayoría.
En Holon, un suburbio de Tel Aviv, dos personas murieron y otras dos resultaron heridas a puñaladas, informó la policía, añadiendo que el presunto autor del “atentado terrorista”, un palestino procedente de Cisjordania ocupada, fue “neutralizado”.
El ministro israelí de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, visitó el lugar y aludió a las tensiones regionales desde la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza desatada tras el sangriento ataque de Hamás en suelo israelí el 7 de octubre.
“Nuestra guerra no es solo contra Irán, sino también aquí en las calles, y esa es exactamente la razón por la que hemos armado a la población israelí con más de 150.000 licencias de armas”, dijo Ben Gvir a los periodistas.
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