Rusia tiene en el punto de mira a los patrones de la industria militar europea. Según un informe de la cadena estadounidense CNN, los servicios de inteligencia de Estados Unidos y de Alemania desmantelaron un complot ruso para asesinar a Armin Papperger, director de Rheinmettall. La empresa es el mayor fabricante militar alemán y esencial en el suministro de piezas a la industria automotriz civil y a otras industrias militares.
Rheinmettall es, además, uno de los mayores productores europeos de obuses de artillería de calibre 155 milímetros, el estándar de los países de la OTAN y el que más se suministra a Ucrania. La empresa es también la que más fácilmente está aumentando su capacidad productiva para hacer frente al aumento del gasto militar en Europa y la necesidad de rellenar arsenales que se han ido vaciando con la ayuda enviada a Kiev.
La empresa se está preparando además para abrir en las próximas semanas en Ucrania una fábrica para producir sobre el terreno vehículos blindados, ayudando así a desarrollar la industria militar ucraniana de forma que produzca material militar con estándar de la OTAN, no de estilo soviético, como lo que producía hasta ahora.
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