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Tras el intento de golpe de Estado, Bolivia vuelve a la normalidad
SIGUEN LOS PROBLEMAS DE FONDO

Tras el intento de golpe de Estado, Bolivia vuelve a la normalidad

Hubo detenciones y se nombró a un nuevo jefe en las Fuerzas Armadas.

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Destituido 24 horas antes como jefe del Ejército por el presidente, Luis Arce, el general Juan José Zúñiga, atropelló el miércoles la pequeña puerta de rejas verde del Palacio Quemado. este jueves, esos hierros retorcidos son la única evidencia de que en Bolivia ha habido un intento de golpe de Estado.

El general Zúñiga está preso en La Paz junto a una docena de militares que se sumaron a la asonada del miércoles. Es posible que pase hasta 30 años en la cárcel, una pena que sumará a la destitución que sufrió por amenazar en la televisión al expresidente Evo Morales. El militar dijo que estaba dispuesto a detener a Morales si éste insistía en ser candidato en las generales de 2025. A Arce no le quedó otra que despedirlo, una decisión que seguramente no le fue fácil: ambos son muy amigos y cada domingo juegan juntos al básquet. La rebelión terminó tan rápido como había empezado. El presidente nombró a un nuevo jefe del Ejército, apresó a Zúñiga y celebró en la plaza Murillo junto a sus seguidores que la casa estaba en orden. Sin embargo el mar de fondo está agitado en Bolivia.

La oposición al Gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) repudió en un primer momento la rebelión de Zúñiga, pero la tregua duró solo unas pocas horas. La noche del miércoles, ya agitaba la idea de que todo había sido un montaje de Arce para ganar popularidad interna y apoyo externo. A la idea del autogolpe se sumó también Evo Morales, padre político de Arce y hoy enfrentado sin retorno con el presidente en la pelea por el control del MAS.

La imagen positiva de Arce viene en picada desde mayo, cuando pasó del 34% al 28% en solo un mes, según un sondeo de la consultora Diagnosis. 

Las causas hay que buscarlas en la crisis económica: en Bolivia falta combustible por la escasez de dólares para importar, la inflación crece y se ha instalado la idea de que todo irá peor el año que viene. El humor social no es el mejor para un presidente que en un año irá por su reelección. 

En ese escenario de sombras se juega la disputa ente Arce y Morales.

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