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Biden vs Trump: un debate donde tendrá de todo para tirarse a matar
ELECCIONES EN EEUU

Biden vs Trump: un debate donde tendrá de todo para tirarse a matar

Esta noche será el primer debate de cara a las elecciones presidenciales de la que todavía es la primera potencia del mundo. El actual presidente busca su reelección pero debe lidiar con su imagen de debilidad física e intelectual. Trump, su antecesor, llega salpicado por decenas de causas judiciales.

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“Rara vez, o nunca, un candidato en un debate presidencial en Estados Unidos ha tenido tanto material para usar contra el otro”, titula su presentación de la primera contienda verbal televisada que el actual mandatario estadounidense Joe Biden –un político de larga carrera- mantendrá con su antecesor, Donald Trump, un empresario de igualmente prolífica actividad en su rubro. Ante millones de televidentes de su país buscarán ganar el favor de los votantes para una elección clave para su país pero que siempre tiene impacto a nivel mundial por el peso geopolítico de la primera potencial global acachada de muy cerca por la República Popular China.

¿Por qué la afirmación inicial? Veamos. Donald Trump, del más de “derecha” partido Republicano, acaba de ser declarado culpable de 34 delitos graves y aún quedan pendientes los fallos por otras tres igualmente graves acusaciones. Por otro lado, como presidente Trump nominó a tres de los jueces que votaron para revocar y erosionar el acceso al aborto en Estados Unidos, generando una reacción violenta incluso en los estados liderados por los conservadores. Y sus amplios planes para un segundo mandato incluyen promesas de represalias contra los enemigos políticos de los dos principales partidos políticos.

Pero, por su parte, Joe Biden debe enfrentar –además de a su oponente- las dudas que genera en todo el mundo sobre si tiene la energía y fuerza suficientes para proyectar sobre el escenario la imagen de solidez y firmeza que no ya los estadounidenses, sino el mundo entero, esperan de un presidente de Estados Unidos.

Así las cosas, ambos candidatos tienen defectos evidentes que ofrecen a su oponente tremendas oportunidades pero también riesgos. Se enfrentarán a una enorme audiencia que incluirá a muchas personas que sintonizarán su revancha de 2020 por primera vez y que no verán otro debate hasta septiembre, lo que magnificará cada éxito o error.

¿Puede Biden hacer un buen papel?

El aparente bajo nivel de desempeño de Biden ha sido creado, al menos en parte, por Trump y sus aliados republicanos, quienes durante años se han burlado incansablemente del presidente demócrata por aparentes tropiezos relacionados con su edad. Los aliados de Trump han cuestionado si Biden, de 81 años, puede siquiera permanecer despierto y ponerse de pie durante los 90 minutos completos

Biden tiene un andar rígido, comete errores verbales y tiene apariciones públicas inconsistentes, pasando a veces de discursos pronunciados con solidez a comentarios públicos apresurados y murmurados en el mismo día.

Una encuesta reciente de Reuters-Ipsos mostró que la aptitud mental es una de las cuestiones clave para los votantes indecisos antes de las elecciones del 5 de noviembre, y están más preocupados por Biden.

Pero incluso cuando Trump, de 78 años, ha cometido sus propios errores en sus discursos en los mítines.

Trump se defendió el sábado de un momento durante las primarias republicanas en el que aparentemente confundió a la ex embajadora de la ONU, Nikki Haley, con la ex presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. El sábado le dijo a una multitud que los liberales habían malinterpretado lo que llamó un momento de “puro genio”.

Los demócratas tienen la esperanza de que Biden pueda aportar la misma energía que mostró en su discurso sobre el Estado de la Unión a principios de año. Pero un enfrentamiento televisivo en vivo contra un oponente que disfruta del combate verbal es muy diferente de un discurso escrito ante el Congreso.

 

¿Puede Trump bajar el tono?

Habiendo ya asegurado su base, Trump tiene una oportunidad con los votantes indecisos y moderados persuadibles que impulsaron la victoria de Biden hace cuatro años y los que también expresan su preocupación/descreimiento por ambos candidatos. Lo que acá llamaríamos “los indecisos”.

Y para ganarse a ese sector, Trump no puede simplemente apoyarse en temas de conversación de interés del común de la gente, los insultos personales y las teorías de conspiración que normalmente dominan sus apariciones públicas. En lugar de hablar más de represalias o mentiras sobre el sistema electoral estadounidense, tendrá que ofrecer una visión optimista para el futuro y un claro contraste con Biden en cuestiones tradicionales como la atención sanitaria y la educación.

Ya fue ampliamente criticado por sus arrebatos en el primer debate de 2020 con Biden, acosando al entonces candidato demócrata e interrumpiéndolo repetidamente. En su segundo debate adoptó un tono más suave y se centró en sus visiones de gobierno marcadamente diferentes.

¿Podrá mantenerse disciplinado este jueves? Algunos aliados tienen esperanzas. Pero la historia puede sugerir lo contrario…

Aborto versus inmigración

Si bien el estilo a veces importa más que la sustancia en el escenario del debate, ambos candidatos tienen serios desafíos políticos que afrontar.

Para Trump, ningún tema es más importante que el aborto. Sus nombramientos en la Corte Suprema mientras era presidente permitieron que la corte dictara normas contra el aborto lo que desencadenó una avalancha de restricciones a la interrupción del embarazo en todo Estados Unidos. Trump ha dicho repetidamente que estaba orgulloso de su papel en este tema. Y Biden estará ansioso por resaltarlo también desde la mirada pro aborto.

Ahora Trump, por supuesto, ha dicho que no apoyaría una prohibición nacional del aborto si fuera reelegido. Pero dado sus antecedentes, es posible que tenga más trabajo por hacer si espera convencer a las mujeres de que se puede confiar en él en un tema clave de atención médica para ellas.

Mientras tanto, la mayor responsabilidad política de Biden puede ser la inmigración. La administración demócrata ha luchado por limitar el número de inmigrantes que ingresan al país por la frontera entre Estados Unidos y México. Sus aliados reconocen en privado que el problema es un gran problema político hacia el corto plazo.

A Trump no hay nada que le guste más que resaltar la inmigración ilegal, así que se espera que arremeta contra Biden sobre el tema.

Al mismo tiempo, Biden enfrentará duras preguntas sobre su liderazgo en la guerra entre Israel y Hamás. El presidente ha distanciado a algunos posibles partidarios de ambos lados dado su firme apoyo –y críticas ocasionales– a Israel.

Tendrá una gran oportunidad de defender su historial en este complicado tema el jueves por la noche. No será fácil.

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