Cese al fuego en Gaza: sorpresa con EE. UU.
Washington, a través de su representante en el Consejo de Seguridad, había bloqueado tres intentos anteriores, pero esta vez se abstuvo en la votación, enfureciendo a Israel.
Tras meses de “silencio ensordecedor”, el Consejo de Seguridad de la ONU exigió ayer un “alto el fuego inmediato” en Gaza, un llamamiento bloqueado varias veces por EE. UU., que en esta ocasión se abstuvo, enfureciendo a su aliado israelí, que canceló una misión de alto nivel a Washington.
La resolución, adoptada entre aplausos por 14 votos a favor y una abstención, “exige un alto el fuego inmediato para el mes de Ramadán” que conduzca a una tregua duradera, y “exige la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes”.
“Este baño de sangre ha durado demasiado tiempo (...) Al fin, el Consejo de Seguridad asume su responsabilidad”, dijo el embajador argelino Amar Bendjama, uno de los promotores de la iniciativa.
Este voto “debe ser un punto de inflexión (...) Debe señalar el fin de esta avalancha de atrocidades contra nuestro pueblo”, añadió con voz entrecortada el embajador palestino Riyad Mansour, que lo calificó de “día histórico”.
Muchos miembros del Consejo, así como el portavoz de la ONU, han insistido en que este texto es ley, pero los estadounidenses insisten en que “no es vinculante”.
De hecho, aunque las resoluciones del Consejo son vinculantes, los Estados afectados a menudo las ignoran. Para el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, “su incumplimiento sería imperdonable”, según dijo en un mensaje publicado en la red social X.
El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, ya ha asegurado que Israel no pondrá fin a su guerra “mientras haya rehenes en Gaza”.
A diferencia del texto estadounidense rechazado el viernes por los vetos ruso y chino, esta resolución no vincula sus exigencias a los esfuerzos diplomáticos de Qatar, EE. UU. y Egipto, aunque “reconoce” la existencia de estas conversaciones encaminadas a una tregua acompañada de un intercambio de rehenes y prisioneros palestinos.
Pero la embajadora estadounidense, Linda Thomas-Greenfield, insistió en establecer un vínculo, presionando así a Hamás. “Un alto el fuego puede comenzar apenas se libere al primer rehén”, dijo la diplomática. “Este es el único camino para asegurar un alto el fuego”, subrayó.
¿Cambio de postura?
Aunque la Casa Blanca ha asegurado que la abstención estadounidense no es un “cambio de postura”, Israel ha cancelado la visita de una delegación a Washington.
Algunos observadores lo consideraron un cambio sustancial en la postura de Washington, presionado para limitar su apoyo a Israel en un momento en que la ofensiva israelí se ha cobrado más de 32.000 vidas en Gaza, según el Ministerio de Sanidad de Hamás.
Hasta ahora, EE. UU. se había opuesto sistemáticamente al término “alto el fuego” en las resoluciones de la ONU, bloqueando tres textos de este tipo.
La resolución aprobada ayer es fruto del trabajo de los miembros no permanentes del Consejo, que negociaron durante todo el fin de semana con EE. UU. para tratar de evitar un nuevo fracaso, según fuentes diplomáticas.
La resolución reclama asimismo “la supresión de todos los obstáculos” a la entrada de ayuda humanitaria en Gaza.
Muy dividido desde hace años sobre la cuestión israelo-palestina, el Consejo de Seguridad sólo ha adoptado desde el 7 de octubre dos resoluciones, de las nueve sometidas a votación, ambas de carácter esencialmente humanitario.
Aunque con escasos resultados, ya que la ayuda a la asediada Gaza sigue llegando con cuentagotas dejando a la población a las puertas de la hambruna.
La nueva resolución también condena “todos los actos de terrorismo”, pero no menciona los ataques de Hamás del 7 de octubre, que causaron la muerte de al menos 1.160 personas, la mayoría civiles, según un recuento basado en datos oficiales israelíes.
El Consejo y la Asamblea General nunca han condenado específicamente los atentados de Hamás del 7 de octubre, lo que ha enfurecido a Israel.
Aunque la resolución adoptada ayer se centra en un alto el fuego temporal durante el Ramadán, varios países, entre ellos Francia, insistieron en la necesidad de detener los combates a más largo plazo.
El Consejo también debe “trabajar por la recuperación y estabilización de Gaza” y “volver a poner en marcha un proceso político encaminado a establecer una solución de dos Estados”, insistió el embajador francés Nicolas de Rivière, felicitando al Consejo por romper su “ensordecedor silencio”.