El presidente de EE.UU., Joe Biden, arrasó en las primarias demócratas de Carolina del Sur para las presidenciales de noviembre, en las que espera convertir a su posible rival republicano Donald Trump en un “perdedor”.
El mandatario, de 81 años, empezó con buen pie el camino hacia la nominación de su partido. Su abrumadora victoria no es una sorpresa para los demócratas, que en cambio escrutarán los resultados del voto para determinar si Biden obtuvo un claro apoyo del electorado afroestadounidense. Si no es el caso, tendrán motivos de sobra para estar preocupados.
A pesar de que es probable que Carolina del Sur siga en manos republicanas en noviembre, Biden la considera un buen termómetro de su apoyo entre los votantes negros.
Este electorado fue clave en su victoria electoral hace cuatro años, sobre todo en Carolina del Sur, donde le abrieron paso impulsando una campaña que se resistía a despegar.
Biden solo tenía a dos contrincantes: el congresista y empresario Dean Phillips, que obtuvo un 1,6% de los votos, y la autora de libros de autoayuda Marianne Williamson (2 %), según resultados provisionales.
“Voces extremas”
“Ahora, en 2024, el pueblo de Carolina del Sur ha vuelto a hablar y no tengo ninguna duda de que nos han puesto en el camino para ganar la presidencia otra vez, y convertir a Donald Trump en un perdedor, otra vez”, dijo Biden en un comunicado.
Llamó a los estadounidenses a votar en noviembre, porque “lo que está en juego en estas elecciones no podría ser mayor. Hay voces extremas y peligrosas trabajando en el país lideradas por Donald Trump”.
Horas antes, durante una visita a su sede de campaña en Wilmington, Delaware (noreste), junto a la vicepresidenta Kamala Harris, ya criticó a Trump: “El tipo contra el que nos presentamos no está a favor de nada. Está en contra de todo”.
La victoria de Biden fue recibida con escenas de júbilo en una fiesta para voluntarios demócratas en la destilería Nippitaty en North Charleston.
“Es increíble” tras “todos estos meses de trabajo duro”, comentó la activista demócrata Lauren Insinger.
Varios votantes no estaban demasiado entusiasmados con la candidatura pese a considerar satisfactorio su trabajo, pero hay algo que tienen muy claro: no quieren que Trump gane.
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