El mandatario de El Salvador, Nayib Bukele, se encamina a renovar su mandato en las elecciones presidenciales y legislativas que se celebrarán este domingo en todo el país, y en las que la oposición podría tener un rol casi testimonial, según analistas consultados, que observan que en esta contienda se "pone en juego la democracia" y se consolida "un autoritarismo dibujado de bienestar".
"Lo que se pone en juego en estas elecciones es nada más ni nada menos que la democracia como la hemos concebido, el Estado de Derecho, la República en sí", afirmó en declaraciones a esta agencia el periodista de investigación salvadoreño Fernando Romero, quien evaluó que desde su llegada al poder, Bukele se ha caracterizado por "destruir" la democracia que se había empezado a construir luego de los Acuerdos de Paz de 1992, que pusieron fin a los enfrentamientos entre el Gobierno y la guerrilla.
"Le están dando al presidente, que ya desde el 4 de febrero se convertiría en presidente electo inconstitucional, una carta blanca", alertó Romero, en referencia a que la Constitución prohíbe expresamente la reelección.
Sin embargo, la mayoría obtenida por Bukele en las elecciones de medio término (2021) le permitió al mandatario sustituir, sin proceso legal, a los jueces de la Sala Constitucional por otros afines a su partido, Nuevas Ideas, que reinterpretaron el texto y habilitaron la reelección.
Para Romero, lo que hay en El Salvador es una "dictadura", no en la forma de hacerse del poder, sino en la forma de ejercerlo. "Son estas dictaduras, yo le llamaría del siglo XXI, en las que se accede al poder a través de las vías democráticas y ya estando allí ejerces una dictadura, empiezas a cooptar el Estado mediante procesos democráticos, te vales de la misma democracia para matarla", expresó antes de lamentar que, sin embargo, una gran mayoría de los salvadoreños apoya al Presidente por su política de seguridad contra las maras, que tiene en la "megacárcel" su símbolo más visible.
Según la última encuesta elaborada por Observa El Salvador 2024, un consorcio formado por ocho organizaciones civiles, Bukele obtendría el 70,9% de los votos, mientras que los opositores unidos no llegarían ni al 10%: Manuel Flores, candidato del Frente Nacional Farabundo Martí (FMLN), sacaría un 2,9%, seguido por Joel Sánchez, de Arena, con el 2,7% y Luis Parada, de Nuestro Tiempo, con el 1,1%. El quinto lugar, con el 0,6% lo compartirían Marina Murillo de Fraternidad Patriota Salvadoreña y José Renderos de Fuerza Solidaria.
De confirmarse los números, Bukele conseguiría 57 de las 60 bancas, con lo que reforzaría su control de la Asamblea Legislativa, eliminando cualquier posibilidad de contrapeso en el recinto. El FMLN obtendría dos bancas y Arena una.
Los demás partidos, en tanto, enfrentan la posibilidad de perder su personería jurídica, dado que de acuerdo con la ley electoral salvadoreña, las agrupaciones políticas deben obtener un mínimo de 50.000 votos o al menos un escaño para conservarla.
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