El gobierno de Irán acusó a Israel y a Estados Unidos del atentado que el miércoles dejó al menos 84 muertos (tras una revisión de la cantidad de víctimas) en el sur del país, donde una multitud conmemoraba el cuarto aniversario de la muerte del general iraní Qasem Soleimani.
“Washington dice que Estados Unidos e Israel no tuvieron nada que ver con el atentado terrorista en Kermán. ¿De verdad? (...) No se equivoquen. La responsabilidad de este crimen recae en los regímenes estadounidense y sionista, y el terrorismo es sólo una herramienta”, declaró Mohammad Jamshidi, asesor del presidente iraní, Ebrahim Raisi.
El atentado, dos explosiones con un intervalo de 15 minutos, se produjo en plena tensión en Medio Oriente y un día después del asesinato del número dos de Hamás en Beirut, en un ataque que las autoridades libanesas atribuyeron a Israel.
Nadie reivindicó la autoría de las explosiones en Irán. Sin embargo, la Guardia Revolucionaria iraní y el vicepresidente primero, Mohammad Mokhber, prometieron venganza, mientras que el líder supremo de Irán, el ayatollah Ali Khamenei, garantizó el miércoles una “dura respuesta” a los “malvados y criminales enemigos de la nación”.
“Una represalia muy fuerte será entregada a ellos en las manos de los soldados de Soleimani”, dijo por su lado Mokhber a periodistas en un hospital donde algunos de los heridos estaban recibiendo tratamiento por el ataque más sangriento desde la Revolución Islámica de 1979.
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