A Pedro Sánchez le costó más de lo que suponía pero lo consiguió: cinco semanas después de que el rey Felipe VI le encomendara la formación de un nuevo gobierno para España, logró los apoyos necesarios para que el Parlamento lo nombre, una vez más, presidente del gobierno.
Podría suceder la semana que viene, entre el miércoles 15 y el jueves 16 de noviembre. Sólo falta que la presidenta del Congreso, Francina Armengol, anuncie formalmente la fecha del debate que investidura en el que Pedro Sánchez contará con mayoría absoluta.
El actual presidente en funciones y candidato del Psoe reúne ya 179 votos a favor, tres más de los necesarios para que el Parlamento le dé su confianza en la primera votación. El sistema electoral español establece que para que un candidato sea investido el día siguiente del debate debe contar con, al menos, 176 apoyos, es decir, los que representan la mitad más uno de los 350 diputados que integran el Congreso.
Pedro Sánchez ya los tiene abrochados. Porque luego del escandaloso y demorado pacto que el Psoe firmó el jueves con Junts per Catalunya, el partido del expresidente catalán Carles Puigdemont a quien España consideran un prófugo de la Justicia, este viernes Sánchez firmó un acuerdo con el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y con Coalición Canaria.
De este modo, el candidato a la reelección cuenta con el “sí” de sus 121 diputados del Psoe más los 31 de Sumar, la coalición de partidos de izquierda entre otras dos decenas de adhesiones.
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