El expresidente estadounidense Donald Trump recibió ayer otra multa, de 10.000 dólares, en el juicio por fraude que se le sigue en Nueva York tras ser llamado a la silla de los testigos por el juez, que le amonestó por violar de nuevo una "orden mordaza" que le prohíbe hablar sobre su secretaria.
El juez, Arthur Engoron, impuso a Trump esa orden el 2 de octubre después de que este publicara en sus redes sociales un ataque personal contra su secretaria, y el viernes pasado ya recibió una multa de 5.000 dólares porque el mensaje había permanecido a la vista en la web de campaña de Trump por un supuesto descuido.
Durante la sesión de ayer, en la que está declarando como testigo el exabogado de Trump, Michael Cohen Engoron, el juez llamó al expresidente a una audición, de manera que hablaba bajo juramento, para preguntarle por unas declaraciones que había hecho en los pasillos del tribunal.
“¿Dijo usted: este es un juez muy partidista, con una persona muy partidista sentada junto a él?”, inquirió el magistrado, a lo que el expresidente respondió que sí, pero matizó que se refería a Cohen sentado en esa silla, algo que no pareció convencer a Engoron, pese a su insistencia, según recoge el canal ABC News, presente en sala.
Tras un breve intercambio, en el que Trump calificó a la secretaria de “ser muy injusta”, Engoron determinó que este se refería de nuevo a ella porque hay “una barrera” entre su sitio y la silla de los testigos que ocupa Cohen, y además en ese caso, habría llamado a Cohen por su nombre.
“El testigo no es creíble. (...) Por tanto, le multo con 10.000 dólares, (una cifra) que se inclina hacia lo liberal, y debe pagarlos en 30 días”, le dijo Engoron tras excusarlo, añadiendo después que no cambiaría de opinión y advirtiéndole: “No vuelva a hacerlo, o será peor”.
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