El 80% de la población armenia de Nagorno Karabaj huyó de esa región, el 30% de ellos menores de edad, luego de la ofensiva relámpago de Azerbaiyán que le permitió la semana pasada recuperar el control del territorio y generó temores de una “limpieza étnica”.
El Gobierno de Armenia informó ayer de la llegada de unos 97.700 desplazados procedentes del enclave, es decir, poco más de dos tercios de su población, de 120.000 habitantes del país.
“Hasta el momento, llegaron a Armenia 97.735 personas procedentes de Nagorno Karabaj”, declaró la portavoz del Gobierno armenio, Nazeli Baghdasarian, en una conferencia de prensa.
Un 30% de esos refugiados son niños, muchos de ellos separados de sus familias, destacó hoy en conferencia de prensa una representante del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
“Les estamos brindando apoyo psicosocial, y trabajamos para garantizar que puedan reunirse con su familia”, subrayó la directora regional de la organización para Europa y Asia Central, Regina De Dominicis.
En su huida de las tropas azerbaiyanas por la única vía que conecta este enclave con la república de Armenia, los refugiados tomaron el lunes un depósito para proveerse de combustible.
Una explosión causó al menos 170 muertos, según un balance comunicado hoy por las autoridades del enclave montañoso, un aumento drástico de la última cifra oficial de 68 fallecidos y un centenar de desaparecidos.
“A día de hoy se han encontrado los restos de 170 personas”, que fueron “entregados a la oficina forense”, indicaron los responsables de la república, sin reconocimiento internacional y conocida por los armenios como Artsaj, que será disuelta a partir del próximo 1 de enero.
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