La ampliación de los Brics anunciada esta semana permite al bloque expandir su influencia geopolítica y sumar posibilidades de comercio, destacaron analistas, que expresaron aún algunas dudas sobre el avance de la desdolarización de las transacciones, mientras apuntaron a las contradicciones que implica la incorporación de países conservadores y petroleros en temas como los derechos de las mujeres y el cambio climático.
Argentina, Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes Unidos se incorporarán a partir del 1 de enero de 2024, de acuerdo a lo decidido en la cumbre que en Johannesburgo reunió a líderes de los Estados miembro que ya forman parte del foro: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Se trata de la primera expansión desde 2010, cuando Sudáfrica se sumó a los otros cuatro países que en 2006 comenzaron a gestar el grupo, que en conjunto representa un cuarto del PBI global y un 40% de la población del planeta.
"Los Brics son un contrapeso a la hegemonía occidental. Esta ampliación es histórica y muy importante para muchos de los mercados emergentes porque les da una plataforma para ser actores clave en la configuración del orden mundial en lugar de heredarlo", explicó Ndzalama Mathebula, investigadora de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de Johannesburgo.
En ese sentido, destacó que el bloque va a "tener ahora una mayor influencia en el sistema global" en medio de "una reconfiguración de la dinámica de poder internacional hacia un sistema multipolar".
"Los Brics prometen equilibrar el poder, con representantes que comparten el objetivo de ser mercados emergentes, pero también de crecer de forma independiente e inclusiva, sin depender de la subjetividad de una potencia hegemónica", opinó.
Los nuevos integrantes
Al hablar de los países que se sumarán al grupo, destacó como una "señal del nuevo peso" la adhesión de Arabia Saudita, un "socio histórico" de Estados Unidos en Medio Oriente, primer exportador mundial de petróleo y la mayor economía árabe.
Los otros nuevos integrantes también tienen un peso específico: Argentina es la tercera economía latinoamericana y gran exportadora del sector primario, Emiratos Árabes Unidos pisa fuerte en el sector del crudo e Irán dispone de la segunda mayor reserva mundial de gas.
Por su parte, Egipto es sede de la Liga Árabe, un actor importante en la escena diplomática de la región, y al igual que Argentina está bajo presión del FMI para cumplir metas tras recibir grandes préstamos, mientras que Etiopía es la sede de la Unión Africana, organismo que reúne a los países del continente.
Ante estas perspectivas de comercio, la experta sudafricana indicó que esta expansión del Brics colaborará en la "deconstrucción de la hegemonía de Estados Unidos en términos del dólar como moneda global" a través de una "diversificación" de las divisas que podrán ser utilizadas para las transacciones internacionales.
Sobre este punto, Saggioro Garcia manifestó, sin embargo, que por el momento "la integración financiera de los Brics no está separada de Occidente" y lo ejemplificó con que si bien durante la cumbre Brasil propuso a la Argentina pagar por las exportaciones brasileñas en yuanes, la conversión de la divisa china a los reales la hará la sede del estatal Banco do Brasil en Londres.
Pese a que en la previa del encuentro de líderes la desdolarización se planteaba como uno de los grandes puntos de debate, sea con el uso de otras monedas fuertes como el yuan o la transición hacia una moneda única, al final no hubo grandes anuncios al respecto.
Simplemente se informó la creación de un grupo de trabajo "para estudiar la adopción de una moneda de referencia", según definió el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
Compartir