El beso a una futbolista dejó a España envuelta en un caos
El presidente de la Federación de Fútbol se negó a dejar el cargo. Las jugadoras renunciaron a la selección.
El principal directivo del fútbol español Luis Rubiales se negó ayer a dimitir por agarrar la cabeza de la jugadora estrella Jenni Hermoso y besarla en los labios tras la victoria de España en el Mundial femenino, lo que llevó a 56 integrantes de la selección nacional a amotinarse y al Gobierno a denunciar sus “acciones machistas”.
En un comunicado conjunto enviado a través de su sindicato Futpro, los 23 miembros del equipo ganador de la copa, incluido Hermoso, así como otros 32 miembros del equipo dijeron que no jugarían partidos internacionales mientras Rubiales siga siendo presidente de la Real Federación Española de Fútbol (Rfef).
En el mismo comunicado, Hermoso negó la acusación de Rubiales de que el beso que le dio en la ceremonia de entrega de medallas después de que España venciera a Inglaterra 1-0 en la final del Mundial en Sydney, Australia, fuera consensual.
“No tolero que se ponga en duda mi palabra y menos que se inventen palabras que no he dicho”, escribió. En una reunión de emergencia de la federación convocada para el viernes, se esperaba ampliamente que Rubiales dimitiera. Pero en cambio dijo que se negaba a renunciar y se quejó de que “falsas feministas” estaban “intentando matarme”.
Calificó el beso como un “pequeño beso” que fue “espontáneo, mutuo, eufórico y consensual”. También afirmó que le preguntó a Hermoso si podía besarla y que ella le dijo “OK”. “¿Un besote consensuado me va a sacar de aquí? No dimitiré. Lucharé hasta el final”, dijo Rubiales, de 46 años, provocando aplausos del público predominantemente masculino.
El Gobierno, que no puede despedir a Rubiales, buscará su suspensión mediante un procedimiento legal ante un tribunal deportivo, dijo a los periodistas el presidente del consejo estatal de deportes CSD, Víctor Francos. “Queremos que todo esto sea un #MeToo del fútbol español”, afirmó Francos.
Las críticas al comportamiento de Rubiales tras la victoria de España se han ido acumulando a lo largo de la semana, y la ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz, calificó su discurso del viernes de “inaceptable”.