El Partido Popular (PP), conservador y opositor, se imponía ajustadamente en las elecciones generales de ayer en España, según los cómputos oficiales que revelaban una paridad relativa y dejaban, tanto a esa fuerza como al Partido Socialista (Psoe) gobernante, en dificultades para encabezar la próxima administración.
El PP obtenía 131 de las 350 bancas totales del Congreso de los Diputados, seguido por el Psoe, con 128, cuando se había completado 69,97% del escrutinio, informó el Ministerio del Interior en su página web.
Hasta poco antes, el conteo era encabezado por el Psoe, también con una diferencia muy ajustada.
En tanto el partido de extrema derecha Vox, potencial aliado del PP, se ubicaba tercero, con 33 bancas, y Sumar, el principal aliado del Psoe, obtenía 30.
Poco después de que cerraran los colegios electorales en la mayoría del país, una encuesta a boca de urna señaló al PP como triunfador.
De acuerdo con ese sondeo de la firma Gad3, el PP obtendría 150 bancas, pero sin mayoría propia, y solo podría encabezar el gobierno si pactara con Vox, que ganaría 31 escaños. Esa encuesta asignó 112 bancas al Psoe y 27 a Sumar.
Los votantes renuevan el Parlamento, que a su vez elige al Ejecutivo y a su primer ministro.
España tiene una forma de Gobierno parlamentaria, así que ejerce el poder el partido o la alianza de partidos que logre mayoría en el Parlamento, es decir 176 bancas del total de 350. Por lo general, la agrupación más votada es la primera en tener la oportunidad de formar Gobierno. Si no llegó a los 176 escaños, podrá aliarse con otro partido para hacerlo.
Desde 1982, el Psoe y el PP ocuparon alternativamente el Gobierno de España, con mayoría absoluta o con el apoyo externo de otros grupos políticos menores, y con el otro partido como principal grupo de la oposición.
El bipartidismo comenzó a horadarse en 2013 con la aparición de Podemos y luego en 2014 con la del partido de centroderecha Ciudadanos. El Gobierno saliente de Sánchez es el primero de coalición desde el retorno a la democracia.
El Psoe y un nuevo movimiento llamado Sumar, que incluye a 15 partidos de izquierda, esperan poder hacerse con el poder. Sumar es liderado por la vicepresidenta segunda saliente, Yolanda Díaz.
Como ningún partido llegaría a la mayoría absoluta, las alternativas son, básicamente, otra coalición progresista o una alianza entre la derecha y la extrema derecha.
Abascal dijo que esperaba una “movilización masiva (de votantes) que permita a España cambiar de dirección”. Su partido, Vox, es una escisión del PP surgida en 2013.
Tras las elecciones de mayo, PP y Vox pactaron gobiernos locales y regionales en los que la extrema derecha mantuvo sus posturas más polémicas.
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