Estados Unidos promulgó ayer una nueva norma para restringir el acceso al asilo en la frontera, horas antes de que expire una política de la era Trump conocida como Título 42, una regla impuesta en la pandemia para hacer expulsiones rápidas.
Anticipándose al “caos” que se avecina, el Gobierno desplegó 24.000 agentes en la frontera para acelerar la atención a los migrantes que tomen “vías legales” para entrar al país y expulsar a aquellos que no cumplan con los requisitos.
En una entrevista anoche con la prensa, funcionarios del Gobierno estadounidense describieron la nueva medida como un “plan integral, multiagencia, multipaís” para gestionar “humanamente” la frontera, informó el canal estadounidense ABC News en su portal de noticias web.
Uno de los funcionarios explicó que serán aptos para solicitar asilo aquellos migrantes que previamente hayan pedido su admisión a través de la aplicación CBP One App., o hayan pedido protección en un tercer país y, además, hayan cruzado por un puerto de entrada legítima.
Serán tenidos en cuenta aquellos que demuestren haber encontrado barreras tecnológicas o de lenguaje para usar la aplicación. Aquellos que no sigan esos pasos serán deportados de inmediato, se les prohibirá la entrada a Estados Unidos durante cinco años y podrán enfrentar cargos penales si intentan volver al país.
“Estamos ampliando significativamente, a partir del jueves, nuestro uso de la expulsión acelerada en la frontera”, expresó el funcionario y agregó que el año pasado se construyeron salas de entrevistas adicionales y se agregaron líneas telefónicas en las instalaciones tanto de CBP como de ICE.
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