El papa Francisco pidió "erradicar los males de la indiferencia" para "reavivar la esperanza de una humanidad nueva, más justa y fraterna", durante un encuentro con unos 600 refugiados, entre ellos ucranianos que huyeron de la guerra, en el segundo día de su visita a Hungría.
"También en el dolor y en el sufrimiento se encuentra la valentía de seguir adelante cuando se ha recibido el bálsamo del amor: es la fuerza que ayuda a creer que no todo está perdido y que un futuro diferente es posible", indicó el pontífice ante refugiados y personas pobres que se reunieron en la iglesia neogótica de Santa Isabel, construida a finales del siglo XIX en el corazón de Budapest.
"El amor que Jesús nos da y que nos manda vivir contribuye entonces a extirpar de la sociedad, de las ciudades y de los lugares donde vivimos, los males de la indiferencia y del egoísmo, y reaviva la esperanza de una humanidad nueva, más justa y fraterna, donde todos puedan sentirse en casa", añadió.
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