El tiroteo del jueves pasado en una sede de los Testigos de Jehová en la ciudad alemana Hamburgo, que provocó siete muertos, reavivó el debate sobre las leyes de posesión de armas en el país, con divisiones incluso dentro de la coalición de Gobierno.
El viernes, la ministra del Interior, la socialdemócrata Nancy Faeser, anunció que quiere reexaminar una iniciativa para endurecer la posesión: "Es necesario considerar cómo se puede enfocar de nuevo el proyecto de ley a la luz de este nuevo terrible crimen en Hamburgo", declaró al canal público ARD.
El ataque reinstaló el debate de mayores controles y regulaciones, lo que ya generó rechazo entre asociaciones de cazadores y de tiro. En tanto, estas medidas recibieron apoyo y críticas por parte de los liberales, que cogobiernan en Alemania junto a los socialdemócratas y verdes. "Los enfermos mentales no pueden poseer armas de fuego. Es bueno y correcto que la ley de armas lo regule hoy de forma inequívoca", declaró el vicepresidente del grupo parlamentario del Partido Democrático Libre (FDP), Konstantin Kuhle.
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