Más de 45.000 personas han muerto en el terremoto que sacudió Turquía y Siria, y se espera que el número de víctimas se dispare, con unos 264.000 apartamentos destruidos en Turquía y muchos desaparecidos mientras los equipos de rescate buscan señales de vida bajo los escombros.
Doce días después del sismo, trabajadores de Kirguistán intentaron salvar a una familia siria de cinco miembros de entre los escombros de un edificio en la ciudad de Antioquía, en el sur de Turquía. Tres personas, entre ellas un niño, fueron rescatadas con vida. La madre y el padre sobrevivieron, pero el niño murió más tarde de deshidratación, dijo el equipo de rescate. Otras dos niñas fallecieron.
El número de muertos en Turquía asciende a 39.672 por el terremoto, la peor catástrofe moderna del país, mientras que la vecina Siria ha informado de más de 5.800 decesos. Sin embargo, por la cantidad de personas que aún permanecen desaparecidas, el número de víctimas fatales podría llegar a 100.000 e incluso superar esa cifra.
Las organizaciones humanitarias afirman que los supervivientes necesitarán ayuda durante meses, ya que muchas infraestructuras esenciales han quedado destruidas. Ni Turquía ni Siria han dicho cuántas personas siguen desaparecidas tras el terremoto.
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