Los equipos de rescate en Turquía y el norte de Siria luchaban ayer contra el reloj y el frío para buscar entre los escombros a sobrevivientes del devastador sismo que afectó a ambos países en la madrugada del lunes último y que provocó más de 7.826 muertos y miles de heridos, según los últimos balances oficiales.
Se esperaba que la ayuda internacional empiece a llegar a las zonas castigadas por el terremoto y sus réplicas, según consignó la agencia de noticias AFP, mientras que desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se advirtió que el potente terremoto podría afectar a 23 millones de personas en esas regiones, incluyendo cinco millones de personas vulnerables.
La primera sacudida, en la madrugada del lunes, alcanzó una magnitud 7,8 y se sintió hasta en Líbano, Chipre y el norte de Irak. En Turquía, el número de muertos se elevó a 3.419 personas muertas y 20.534 heridas, declaró ayer el vicepresidente Fuat Oktay. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, decretó el estado de emergencia por un periodo de tres meses en diez provincias del sureste azotadas por el sismo.
En Siria, al menos 1.932 personas fallecieron y 3.640 resultaron heridas, según los balances de las autoridades de Damasco y de los equipos de rescate de las zonas rebeldes.
En base a los mapas de la zona afectada, una responsable de la OMS, Adelheid Marschang, indicó que "23 millones de personas están expuestas" a las consecuencias del terremoto, "incluyendo cinco millones de personas vulnerables".
Los socorristas continuaron la dramática búsqueda de sobrevivientes durante la noche, desafiando el frío, la lluvia o la nieve y el riesgo de nuevos derrumbes. "¿Dónde está mi madre?", dijo la pequeña, con su pijama rosa manchado de polvo, en brazos de un socorrista, informó AFP.
Las malas condiciones meteorológicas en la región de Anatolia complican las labores de rescate y ensombrecen las perspectivas de los supervivientes, que se calientan en tiendas o en hogueras improvisadas. Ayer se esperaba que la ayuda internacional a Turquía empiece a llegar con los primeros equipos de socorristas de lugares como Francia o Catar.
El presidente estadounidense, Joe Biden, prometió a su par turco, Recep Tayyip Erdogan, "toda la ayuda necesaria, sea la que sea". Por momentos con las manos desnudas, los socorristas continuaron la dramática búsqueda de supervivientes durante la noche, desafiando al frío, la lluvia o la nieve y el riesgo de nuevos derrumbes.
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