El Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil desplazó ayer de sus cargos a 18 jefes de la Policía Federal (PF) y a 26 de los 27 superintendentes regionales de la Policía Caminera Federal (PRF), después de haber despedido a militares afectados a la seguridad del Palacio del Planalto tras los ataques golpistas del 8 de enero.
El ministro de Justicia, Flávio Dino, oficializó la remoción de 26 de las 27 cúpulas regionales de la PRF, excepto la del estado de Piauí, ocupado de forma interina por Jairo Lima, y el cese de 18 jefes de la PF, entre ellos los tres más importantes, San Pablo, Río de Janeiro y Minas Gerais.
El nuevo superintendente de la PF en Río de Janeiro es Leandro Almada, en el cuerpo policial desde 2008 y conocido por liderar una investigación que reveló trabas en el esclarecimiento del asesinato de la concejal Marielle Franco, ocurrido en 2018, destacó el diario local Folha de Sao Paulo.
Para San Pablo, la mayor superintendencia del país, el elegido fue Rogério Giampaolli, que ya era jefe del Comando Táctico de Operaciones y actualmente estaba a cargo de la PF en el municipio paulista Sorocaba.
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