El Gobierno ruso ha indicado ayer que el diálogo de un tratado de paz con Japón es imposible por “el curso antirruso” de las autoridades niponas. El viceministro de Exteriores de Rusia, Andrei Rudenko, ha afirmado que “es absolutamente obvio que es imposible discutir la firma de un documento de este tipo con un estado que adopta posiciones abiertamente hostiles”, según declaraciones a la agencia Tass.
Rudenko ha agregado que el Gobierno japonés dirige “amenazas directas” contra Moscú, mientras que no encuentra señales de que “Tokio se esté alejando del curso antirruso o cualquier intento de rectificar la situación. Con el inicio de una operación militar especial en Ucrania -como desde Rusia se denomina la guerra en suelo ucraniano-, la Administración (del primer ministro japonés Fumio) Kishida se unió activamente a la campaña rusofóbica dirigida por Occidente”, ha explicado el funcionario. Asimismo, ha considerado que Kishida “llevó a cabo un desmantelamiento completo de los resultados de la cooperación mutuamente beneficiosa acumulados durante muchos años”.
El viceministro de Exteriores ruso ha destacado el aumento de gasto en Defensa de Japón, ya que asegura que “el abandono del desarrollo pacífico” del país asiático es “un serio desafío para la seguridad de Rusia y la región de Asia-Pacífico en su conjunto”.
”Llamamos la atención sobre la implementación acelerada por parte de la Administración Kishida del curso para abandonar el llamado desarrollo pacífico del país, que se ha declarado durante muchas décadas, y cambiar a los rieles de la militarización forzada”, ha criticado. ”Advertimos que si esta práctica continúa, nos veremos obligados a tomar medidas de respuesta adecuadas para bloquear las amenazas militares a Rusia”, ha advertido.
Japón reclama las islas Kuriles del sur controladas por Rusia, que Tokio llama los Territorios del Norte, una disputa territorial que data del final de la Segunda Guerra Mundial, cuando las tropas soviéticas se las apoderaron de Japón. Los sistemas Bastion rusos, que tienen misiles con un alcance de vuelo de hasta 500 km (310 millas), se desplegaron en la isla de Paramushir, dijo a principios de diciembre el Ministerio de Defensa ruso.
“Los militares costeros de la Flota del Pacífico mantendrán una vigilancia las 24 horas para controlar el área de agua adyacente y las zonas del estrecho”, dijo. El ministerio dijo que se instaló un campamento militar en Paramushir con instalaciones que permiten servicio durante todo el año, alojamiento, recreación y alimentación para el personal.
Este despliegue se produce un año después de que Rusia instalara los sistemas Bastion en la isla de Matua, en la parte central de la cordillera de Kuriles, dijo el ministerio en un comunicado.
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